Page 46 - Papelucho - 3° - Julio
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muchas cosas y me contestó todas mis preguntas. Pero la mañana no se
                  acabó ni con todo eso. Hay que ver que es larga una mañana. Nadie

                  sabe lo larga que es...
                        Hoy iba a venir Gómez a verme y yo hice sacar todos mis juguetes
                  y mi cantimplora y todo. Hasta me compraron helados y dulces. Tenía la
                  colcha bien estirada y los helados en una mesa con mantel y todo.

                        Vi derretirse los helados poco a poco y empezaron a patinar en el
                  plato y se fueron achicando y achicando y Gómez no llegaba. Después
                  se puso azul la luz de la ventana. No quería que me encendieran la luz
                  para que no se acabara el día, pero Gómez no llegaba. Y no tomé té

                  porque seguía esperándolo.
                        Después entró mi mamá, y cuando vio la colcha estirada, los
                  juguetes en fila y los helados hechos agua dijo: "¡Pobrecito!", y yo me
                  inundé de lágrimas y lloré y lloré de puro débil que estoy.

                        Papá me regaló $50 para que me comprara algo. Más ganas me
                  dieron de levantarme...
                                                                                                Abril 29
                        Hoy me levanté por fin y me hicieron caminar con mi pata tiesa. Y

                  cuando estaba dando unos pasos, entró de repente Gómez y me puse
                  colorado como tomate. Mamá me hizo sentar y nos dejó solos, pero a
                  Gómez le dio por preguntarme por la  pierna y de la pierna y si iba a
                  quedar cojo. Yo no había pensado en eso, pero ahora que se fue Gómez,

                  pienso bastante. Pero no me importa mucho, porque los piratas casi
                  siempre tienen pierna de palo. Javier también tiene vacaciones porque
                  es el día del Rector. Pero Javier fue al cine, y aunque convidó a Gómez,
                  él no quiso ir por acompañarme a mí. Es buen amigo.

                        La mamá de Miguelito me mandó un libro que era de él para que lo
                  leyera y es macanudo.
                                                                                                Abril 30
                        Hoy bajé en el ascensor y encontré que la calle estaba tan

                  iluminada que me dolieron los ojos. Para subirme al auto, me tomó en
                  brazos un chofer con el cogote tan gordo que parecía una barriguita
                  peluda. Y también tenía olor de fábrica. El auto era un taxi, y como era
                  conocido no era tan caro y nos llevó a dar unas vueltas por el parque y

                  a mirar el gusano. Me dieron bastantes ganas de subir, pero como tengo
                  $50, cuando me saquen el yeso los voy a gastar enteros en el gusano.



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