Page 414 - El ingenioso caso de don Quijote de la Mancha
P. 414
deshonra de algunos linajes. Y todos estos inconvenientes cesarían, y aun otros muchos más que no
digo, con que hubiese en la Corte una persona inteligente y discreta que examinase
todas las comedias antes que se representasen; no sólo aquellas que se hiciesen en la Corte, sino
todas las que se quisiesen representar en España; sin la cual aprobación, sello y firma ninguna
justicia en su lugar dejase representar comedia alguna; y desta manera, los comediantes tendrían
cuidado de enviar las comedias a la Corte, y con seguridad podrían reprensentallas, y aquellos que
las componen mirarían con más cuidado y estudio lo que hacían, temerosos de haber de pasar sus
obras por el riguroso examen de quien lo entiende; y desta manera se harían buenas comedias y se
conseguiría facilísimamente lo que en ellas se pretende; así el entretenimiento del pueblo como la
opinión de los ingenios de España, el interés y seguridad de los recitantes, y el ahorro del cuidado de
castigallos. Y si se diese cargo a otro, o a este mismo, que examinase los libros de caballerías que de
nuevo se compusiesen, sin duda podrían salir algunos con la perfección que vuestra merced ha
dicho, enriqueciendo nuestra lengua del agradable y precioso tesoro de la elocuencia, dando ocasión
que los libros viejos se escureciesen a la luz de los nuevos que saliesen, para honesto pasatiempo, no
solamente de los ociosos, sino de los más ocupados, pues no es posible que esté continuo el arco
armado, ni la condición y flaqueza humana se pueda sustentar sin alguna lícita recreación.
A este punto de su coloquio llegaban el canónigo y el cura, cuando adelantándose el barbero, llegó a
ellos, y dijo al cura:
-Aquí, señor licenciado, es el lugar que yo dije que era bueno para que, sesteando nosotros, tuviesen
los bueyes fresco y abundoso pasto.
-Así me lo parece a mi -respondió el cura.
Y diciendo al canónigo lo que pensaba hacer, él también quiso quedarse con ellos, convidado del
sitio de un hermoso valle que a la vista se les ofrecía. Y así por gozar dél como de la conversación del
cura, de quien ya iba aficionado, y por saber más por menudo las hazañas de don Quijote, mandó a
algunos de sus criados que se fuesen a la venta que no lejos de allí estaba, y trujesen della lo que
Portal Educativo EducaCYL
http://www.educa.jcyl.es