Page 144 - Fahrenheit 451
P. 144

Luego,  Faber  se  movió,  adelantó  una  mano,  cogió  a            -Por  primera  vez en  muchos  años  me siento vivir
                                                                                                             _
           � ontag, le hizo entrar. Lo  obligó  a sentarse,  y regresó       -replicó Faber-. Me doy cuenta de que hago lo que
                                                                                                                             _
           Junto a la puerta donde se quedó escuchando. Las sirenas          hubiese  debido  de  hacer  hace  siglos.  Durante  cierto
           gemían a lo lejos. Faber entró y cerró la puerta.                 tiempo, no tengo miedo. Quizá sea porque, por fin, estoy
                                                                                                                              _
             -He cometido estupidez tras estupidez -dijo Mon­                cumpliendo con mi deber. O tal vez sea porque no quiera
           tag-. No puedo quedarme mucho rato. Sabe Dios hacia                mostrarme cobarde ante usted. Supongo que aún tendré
           dónde voy.                                                         que hacer  cosas  más violentas,  que tendré que arries­
             -Por lo menos, ha sido un tonto respecto a lo impor­             garme para  no  fracasar  en  mi misión y  asustarme de
           tante -dijo  Faber-. Creía que estaba muerto. La cáp­              nuevo. ¿Cuáles son sus planes?
           sula auditiva que le di ...                                          -Seguir huyendo.
             -Quemada.                                                          -¿Sabe que ha estallado la guerra?
             -Oí que el capitán hablaba con usted y, de repente,                -Lo he oído decir.
          ya no oí nada. He estado a punto de salir a buscarle.                  -¿Verdad que  resulta  curioso?  -dijo el anciano-.
             -El  capitán ha muerto.  Encontró la cápsula,  oyó la            La guerra nos parece algo remoto porque tenemos nues­
          voz  de usted y se proponía  buscar  su origen. Lo maté             tros propios problemas.
          con el lanzallamas.                                                    -No he tenido tiempo para pensar. -Montag  saco
             Faber se sentó, y, durante un rato, guardó absoluto si­          un centenar de dólares-. Quiero darle esto para que lo
          lencio.                                                             utilice de un modo útil, cuando me haya marchado.
             -� Dios mío, ¿cómo ha podido ocurrir esto? -prosi­                  -Pero ...
          gmo Montag-. Hace pocas noches, todo iba estupenda­                    -Quizás haya muerto a mediodía. Utilícelo.
          mente. Y, de repente, estoy a punto de ahogarme. ¿ Cuán­               Faber asintió.
          tas veces puede hundirse un hombre y seguir vivo? No                   -Si le es posible, será mejor que se dirija hacía el r�o.
          puedo respirar. Está la muerte de Beatty, que un tiempo             Siga su curso. Y si encuentra alguna vieja línea ferrovia­
                                                                                                                             �
          fu mi amigo. Y Millie se ha marchado. Y o creía que era             ria, que se adentra en el  am o, sígala. Aunque en 1 ac­
                                                                                                        p
                                                                                                     �
                                                                                                                           _
            �
          mi esposa. Pero,  ahora,  ya no lo sé. Y la casa ha ardido          tualidad todas las comumcac10nes se hacen por v1a aerea,
          por completo. Y me he  quedado sin empleo,  y yo ando               y la mayoría de las vías están abandonadas, l s raíles si­
                                                                                                                       �
                                                                                                                 _
                                                                                                                                �
          huyendo. Y, por el camino, he colocado un libro en casa              guen  allí,  oxidándose.  He  oído  decir  que  aun  qued n
          de un bombero. ¡Válgame Dios!  ¡Cuántas cosas he hecho               campamentos de vagabundos esparcidos por todo el pais.
          en una sola semana!                                                  Les llaman campamentos ambulantes, y si anda usted el
             -Ha hecho lo que debía hacer. Es algo que se prepa­               tiempo  suficiente  y se  mantiene ojo avizor, dicen que
          raba desde hace mucho tiempo.                                        quedan  muchos antiguos graduados de Harvard en  el
                                                                                                                     _
             -Sí, eso creo, aunque sea lo único que crea. Tenía que            territorio que se extiende entre aquí y Los Ángeles.  �a
          suceder. Desde hace  mucho  tiempo  sentía  que algo se              mayoría de ellos son buscados y perseguidos en las ciu­
                                                                                                                               i_n
          preparaba en mi interior,  y yo andaba por ahí haciendo              dades. Supongo que se limitan a vegetar. No quedan  u­
                                                                                                                                 �
          una cosa y sintiendo otra. Dios, todo estaba aquí dentro.            chos, y me figuro que el Gobierno nunca los ha cons1d ­
          Lo extraño es que no se trasluciera en mí, como la grasa.            rado un peligro lo suficientemente grande como para ir
          Y, ahora, estoy aquí, complicándole la vida. Pueden ha­              en busca  de ellos. Podría refugiarse con  esos  hombres
          berme seguido hasta aquí.                                            durante algún tiempo y ponerse en contacto conmigo en
                                                                                                                             143
   139   140   141   142   143   144   145   146   147   148   149