Page 28 - Historias de Cronopios y Famas
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Preámbulo a las instrucciones                               Instrucciones para dar cuerda al reloj
                      para dar cuerda al reloj













             Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te rega­              Allá  en  el  fondo  está  la  muerte,  pero  no  tenga
         lan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un         miedo.  Sujete  el  reloj  con  una  mano,  tome  con  dos
         calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los          dedos  la  llave  de  la  cuerda,  remóntela  suavemente.
         cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es            Ahora  se  abre  otro  plazo,  los  árboles  despliegan  sus
         de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te rega-          hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un aba­
        . lan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la         nico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las
         mufíer.a y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo         brisas de la tierra, la sombra de una muj,.;r, el p�rfume
         terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo peda­          del pan.
         zo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero              ¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto_ a
         no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su            su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. ·El
         correa como un  bracito  desesperado colgándose de tu            miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcan­
         muñeca. Te regalan la Frecesidad de darle cuerda todos           zarse y fue olvidada va corroyc1do las venas del  reloj,
         los  días,  la obligación  de  darle  cuerda  para  que  siga    gangrenando la fría sangre de sus pequeños rubíes. Y allá
         siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la         en el  fondo está la muerte si no corremos  y llegamos
         hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio      nntes y comprendemos que ya no importa.
         por  la  radio,  en  el servicio  telefónico.  Te  regalan  el
         miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga
         al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad
         de que es una marca mejor que las otras, te regalan la
         tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No
         te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen
         para el cumpleaños del reloj.


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