Page 25 - Historias de Cronopios y Famas
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Más difícil, más recogido y silencioso es el menes­  con sólo llegar antes a la fuente central. Y nos iremos
 ter de horadar la piedra opaca bajo la cual serpentean las   en un  tren  nocturno  huyendo  de lamias  vengadoras,
 venas  de  mercurio,  entender  a  fuerza  de  paciencia la   oscuramente  felices,  confundidos con soldados y con
 cifra de cada fuente, guardar en noches de luna pene­  rnonJas.
 trante una vigilia enamorada junto a los vasos imperia­
 les, hasta que de tanto susurro verde, de tanto gorgotear
 como de flores, vayan naciendo las direcciones, las con­
 fluencias, las otras calles, las vivas. Y sin dormir seguirlas,
 con varas de avellano en forma de horqueta, de triángu­
 lo, con dos varillas en cada mano, con una sola sosteni­
 da entre los dedos flojos, pero todo esto invisible a los
 carabineros y la población amablemente recelosa, andar
 por el Quirinal, subir al Campidoglio, correr a gritos por
 el Pincio,  aterrar con una  aparición inmóvil  como un
 globo de fuego el orden de la Piazza della Essedra, y
 así extraer de los sordos metales del suelo la nomencla­
 tura de los ríos subterráneos. Y no pedir ayuda a nadie,
 nunca.
 Después se irá viendo cómo en esta mano de már­
 mol desollado las venas vagan armoniosas, por placer de
 aguas, por artificio de juego, hasta poco a poco acercar­
 se,  confluir,  enlazarse,  crecer  a  arterias,  derramarse
 duras  en  la  plaza central  donde  palpita  el  tambor  de
 vidrio líquido, la raíz de copas pálidas, el caballo profun­
 do. Y ya sabremos dónde está, en qué napa de bóvedas
 calcáreas,  entre menudos esqueletos de lémur,  bate su
 tiempo el corazón del agua.
 Costará saberlo,  pero se  sabrá.  Entonces matare­
 mos las hormigas que codician las fuentes, calcinaremos
 las galerías que esos mineros horribles tejen para acercar­
 se a la vida secreta de Roma. Mataremos las hormigas


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