Page 127 - Historias de Cronopios y Famas
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Filantropía
 que  el  agua  se  hacía pedazos  en  ellas y  no  servía  para
 nada. Al final los padres se  cansaban  y la  niña  iba  a  la
 esquina y saltaba y saltaba.
 Con las mangueras amarillas los cronopios adorna­
 ron diversos monumentos, y con  las mangueras verdes
 tendieron trampas  al modo  africano  en  pleno  rosedal,
 para ver cómo las esperanzas caían una a una. Alrededor
 de las esperanzas caídas los cronopios bailaban  tregua y
 bailaban  catala,  y  las  esperanzas  les  reprochaban  su
 acción diciendo  así:   Los famas son capaces de gestos de una gran gene­
 -Crueles cronopios cruentos. ¡Crueles!  rosidad, como por ejemplo cuando este fama encuentra
 Los cronopios, que  no  deseaban  ningún mal a  las  a  una  pobre  esperanza  caída  al pie de  un  cocotero, Y
 esperanzas,  las  ayudaban  a  levantarse  y  les  regalaban   alzándola en su automóvil la lleva a su casa y se  ocupa
 pedazos de manguera roja. Así las esperanzas pudieron ir   de  nutrirla y ofrecerle esparcimiento hasta que la espe­
 a sus casas y cumplir el más intenso de sus anhelos: regar   ranza tiene fuerza y se  atreve  a subir otra  vez al coco­
 los jardines verdes con mangueras rojas.   tero.  El  fama  se  siente  muy  bueno  después  de  este
 Los famas cerraron la fábrica y dieron un banquete   gesto, y en realidad es muy bueno, solamente que no se
 lleno  de  discursos fúnebres y camareros que  servían  el   le ocurre pensar que dentro de pocos días la esperanza

 pescado  en medio de grandes suspiros. Y no  invitaron a  va  a caerse otra vez del cocotero. Entonces mientras la
                                              �
 ningún  cronopio, y solamente  a las  esperanzas que  no   esperanza  está de  nuevo caída  al pie  d l(c ocotero, este
 habían caído en las trampas del rosedal, porque las otras   fama en su club se siente muy bueno y piensa en la forma
 se habían quedado con pedazos de manguera y los famas   en que  ayudó a la pobre  esperanza  cuando la  encontró
 estaban enojados con  esas esperanzas.   caída.
             Los  cronopios  no  son  generosos  por  principio.
         Pasan al lado de las cosas más conmovedoras, como ser
         una  pobre  esperanza  que  no  sabe  atarse  el  zapato  Y
         gime, sentada  en  el cordón  de  la vere · Estos cron ­
                                                            �
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         pios  ni  miran  a  la  esperanza,  ocupadislIDOS  en  seguir
         con  la  vista  una  baba  del diablo.  Con  seres  así no se
         puede  practicar  coherentemen e  la  benefic ncia,  por
                                                    �
                                       :
         eso  en  las sociedades filantrópicas las  autoridades son


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