Page 126 - Historias de Cronopios y Famas
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Filantropía
       que  el  agua  se  hacía pedazos  en  ellas y  no  servía  para
       nada. Al final los padres se  cansaban  y la  niña  iba  a  la
       esquina y saltaba y saltaba.
            Con las mangueras amarillas los cronopios adorna­
       ron diversos monumentos, y con  las mangueras verdes
       tendieron trampas  al modo  africano  en  pleno  rosedal,
       para ver cómo las esperanzas caían una a una. Alrededor
       de las esperanzas caídas los cronopios bailaban  tregua y
       bailaban  catala,  y  las  esperanzas  les  reprochaban  su
       acción diciendo  así:                                                   Los famas son capaces de gestos de una gran gene­
            -Crueles cronopios cruentos. ¡Crueles!                        rosidad, como por ejemplo cuando este fama encuentra
            Los cronopios, que  no  deseaban  ningún mal a  las           a  una  pobre  esperanza  caída  al pie de  un  cocotero, Y
       esperanzas,  las  ayudaban  a  levantarse  y  les  regalaban       alzándola en su automóvil la lleva a su casa y se  ocupa
       pedazos de manguera roja. Así las esperanzas pudieron ir            de  nutrirla y ofrecerle esparcimiento hasta que la espe­
       a sus casas y cumplir el más intenso de sus anhelos: regar          ranza tiene fuerza y se  atreve  a subir otra  vez al coco­
       los jardines verdes con mangueras rojas.                            tero.  El  fama  se  siente  muy  bueno  después  de  este
            Los famas cerraron la fábrica y dieron un banquete             gesto, y en realidad es muy bueno, solamente que no se
       lleno  de  discursos fúnebres y camareros que  servían  el          le ocurre pensar que dentro de pocos días la esperanza

       pescado  en medio de grandes suspiros. Y no  invitaron a            va  a caerse otra vez del cocotero. Entonces mientras la
                                                                                                                �
       ningún  cronopio, y solamente  a las  esperanzas que  no            esperanza  está de  nuevo caída  al pie  d l(c ocotero, este
       habían caído en las trampas del rosedal, porque las otras           fama en su club se siente muy bueno y piensa en la forma
       se habían quedado con pedazos de manguera y los famas               en que  ayudó a la pobre  esperanza  cuando la  encontró
       estaban enojados con  esas esperanzas.                              caída.
                                                                                Los  cronopios  no  son  generosos  por  principio.
                                                                           Pasan al lado de las cosas más conmovedoras, como ser
                                                                           una  pobre  esperanza  que  no  sabe  atarse  el  zapato  Y
                                                                            gime, sentada  en  el cordón  de  la vere · Estos cron ­
                                                                                                                              �
                                                                                                                ?�
                                                                            pios  ni  miran  a  la  esperanza,  ocupadislIDOS  en  seguir
                                                                            con  la  vista  una  baba  del diablo.  Con  seres  así no se
                                                                            puede  practicar  coherentemen e  la  benefic ncia,  por
                                                                                                                       �
                                                                                                          :
                                                                            eso  en  las sociedades filantrópicas las  autoridades son


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