Page 131 - Historias de Cronopios y Famas
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Historia             La cucharada estrecha














 Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puer­  Un fama descubrió que la virtud era un microbio
 ta de la calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dor­  redondo y lleno de patas. Instantáneamente dio a beber
 mitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí   una gran cucharada de virtud a su suegra. El resultado
 se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisa­  fue  horrible:  esta  señora  renunció  a  sus  comentarios
 ba la llave de la puerta.   mordaces, fundó un club para la protección de alpinistas
        extraviados,  y en  menos  de  dos  meses  se  condujo  de
        manera tan ejemplar que los  defectos de  su hija,  hasta
        entonces inadvertidos, pasaron a primer plano con gran
        sobresalto y estupefacción del fama.  No le quedó más
        remedio que dar una cucharada de virtud a su mujer, la
        cual lo abandonó esa misma noche por encontrarlo gro­
        sero, insignificante, y en todo diferente de los arquetipos
        morales que flotaban rutilando ante sus ojos.
             El fama lo pensó largamente, y al final se tomó un
        frasco de  virtud.  Pero  lo  mismo si e viviendo  solo  y
                                          gu
        triste.  Cuando se cruza en la calle con su suegra o su
        mujer, ambos se saludan respetuosamente y desde lejos.
        No se atreven siquiera a hablarse, tanta es su respectiva
        perfección y el miedo que tienen de contaminarse.







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