Page 122 - Historias de Cronopios y Famas
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Relojes El almuerzo
Un fama tenía un reloj de pared y todas las semanas No sin trabajo un cronopio llegó a establecer un
le daba cuerda CON GRAN CUIDADO. Pasó un cro termómetro de vidas. Algo entre termómetro y topóme
nopio y al verlo se puso a reír, fue a su casa e inventó el tro, entre fichero y currículum vitae.
reloj-alcachofa o alcaucil, que de una y otra manera Por ejemplo, el cronopio en su casa recibía a un
puede y debe decirse. fama, una esperanza y un-profesor de lenguas. Aplican
El reloj alcaucil de este cronopio es un alcaucil de do sus descubrimientos estableció que el fama era infra
la gran especie, sujeto por el tallo a un agujero de la vida, la esperanza para-vida, y el profesor de lenguas
pared. Las innumerables hojas del alcaucil marcan la inter-vida. En cuanto al cronopio mismo, se consideraba
hora presente y además todas las horas, de modo que el ligeramente super-vida, pero más por poesía que por
cronopio no hace más que sacarle una hoja y ya sabe una verdad.
hora. Como las va sacando de izquierda a derecha, siem A la hora del almuerzo este cronopio gozaba en oír
pre la hoja da la hora justa, y cada día el cronopio empie hablar a sus contertulios, porque todos creían estar refi
za a sacar una nueva vuelta de hojas. Al llegar al corazón riéndose a las mismas cosas y no era así. La inter-vida
el tiempo no puede ya medirse, y en la infinita rosa vio manejaba abstracciones tales como espíritu y conciencia,
leta del centro el cronopio encuentra un gran contento, que la para-vida escuchaba como quien oye llover-tarea
entonces se la come con aceite, vinagre y sal, y pone otro delica�f Por supuesto, la infra-vida pedía a cada instan
reloj en el agujero. te el queso rallado, y la super-vida trinchaba el pollo en
cuarenta y dos movimientos, método Stanley Fitzsim
mons. A los postres las vidas se saludaban y se iban a sus
ocupaciones, y en la mesa quedaban solamente pedacitos
sueltos de la muerte.
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