Page 87 - De Victoria para Alejandro
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La voz de Victoria denotaba su infinito -Mi padre cuenta tan poco conmigo que
cansanc10. ni siquiera me ordena nada ... todavía -parecía otra
-Todo eso no son más que hipocresías persona, sin su sonrisa-. Uno de estos días me
para encubrir el ansia de dinero. encontrará un marido y me casará como ha hecho
Miriam contraatacó: contigo; pero él es mi padre, y ésta es mi tierra y
-Y a ti, ¿no te importa el dinero? ¿Por qué mi religión. Y o lo sé desde siempre y creo que mi
estás aquí? ¿Para qué has hecho un viaje tan largo? padre me quiere a su manera. A ti te han cogido en
Victoria se envaró. Su cara relucía de puro una trampa. Te ayudaré. Mi familia cree que hace
pálida. lo mejor para todos, pero lo que hace no es justo.
-Hay una diferencia, Miriam. Que yo es No se me ocurre qué puedes hacer para evitarlo.
toy en mi derecho; que necesito ese dinero, un Estás en una ciudad extraña para ti y rodeada de
dinero mío, no de mi padre, y que en Roma las gentes que odian a los romanos. Te aconsejaría que
mujeres podemos recibir herencias; el abuelo lo ganes tiempo, que no te rebeles, en apariencia al
sabía y por eso se acordó de mí en su testamento. menos ... , si puedes.
¡Y por eso hizo testamento en Roma! ¿Cómo pue A Victoria le pareció singularmente atina
den prescindir del derecho romano? ¡Estamos bajo do el consejo de su prima.
el gobierno de Roma! -Podré.
Miriam soltó su peculiar risa.
-No lo sé. No te enfades, prima. ¿Qué vas
a hacer?
-Mi padre tiene que saberlo enseguida. En Jerusalén, día cuarto de los idus de junio
-Tu padre está en Roma. Antes de que
pueda tomar alguna medida estarás casada. De Victoria a Alejandro, en casa de Pompilio.
Victoria contempló fijamente a su prima. Salud
Seguía sin saber hasta qué punto podía confiar en
ella. Querido mío:
-No te quiero comprometer a desobede Esta es una carta que no vas a recibir por
cer a tu padre, Miriam, pero ¿me ayudarás a ganar que no creo que me dejen enviarla. En realidad,
tiempo? querido Alejandro, no escribo para ti, sino para mí;
La niña afirmó, seria y un poco triste: si llegas a leerla, ya habrá sucedido todo cuando