Page 14 - De Victoria para Alejandro
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severa virtud y vida austera, que formaba parte de era mucho más que lo que su maestro de retórica
los grupos de los esenios*. Incluso su padre, ciuda le enseñaba.
dano romano, y que, en ocasiones, hablaba de los El abuelo Ismail era cristiano y había
judíos con la fría superioridad de un patricio, le abandonado sus tierras y su puesto en Jerusalén
respetaba. para seguir, como secretario, al apóstol Pablo. Vic
Se sentó en la cama y escondió la cabeza toria recordaba los días malos de la persecución,
entre las manos. No tenía muchos deseos de termi cuando el abuelo, muy serio, dijo a su padre:
-Perdona que te cause problemas. Nerón
nar su escrito. ¿De verdad la habían mimado? No culpa a los cristianos del incendio de Roma, pero
recordaba rostros severos ni castigos. Había sido te juro que somos inocentes. Han apresado a Pablo
una niña tranquila que aceptaba las órdenes de su y tal vez mi deber fuese entregarme con mi maes
padre y de los preceptores sin discutirlas. Su madre tro. Soy viejo y la vida no debiera importarme
había muerto cuando ella tenía cuatro años y espe tanto -suspiró-. Cornelio, hijo, soy un cobarde.
raba otro hijo que no pudo nacer y su padre había Su padre sonrió.
vuelto a tomar esposa entre las damas romanas de -Ismail, llevas con nosotros desde la pri
buena familia. Antonia había sido bondadosa mera prisión de Pablo. Eres el padre de mi mujer.
con ella, cuidó de su educación y no hacía diferen Le prometí a ella que Victoria sería cristiana y he
cia de trato entre Victoria y sus propios hijos. No procurado que le enseñasen vuestra fe. Y o no rezo
había tenido hijas y era una buena amiga de su hi a vuestro Dios, pero si sé que para vosotros la vida
jastra. es sagrada. ¿Por qué te vas a entregar a la muerte?
-Te llamé Victoria porque tú eras la prue Ni el mismo Pablo ha hecho eso. En mi casa esta
ba del triunfo de nuestro amor -le decía su paµre rás a salvo tú, y estarán a salvo mi hija y mis
mientras le acariciaba el cabello. esclavos. Y o, como jefe de la familia, garantizaré
Mientras, el abuelo Ismail, que era un es-· que no sois impíos ni conspiráis contra Roma.
criba* respetado entre su pueblo, le había enseña Y en su casa había vivido su abuelo hasta
do a escribir al estilo de los escribas profesionales, su muerte, tres meses atrás. A Victoria todavía le
en hebreo, arameo, griego y latín*. Había sido un dolía su recuerdo como una herida fresca.
secreto entre los dos, sin que ni su madrastra o las Se levantó y se acercó a la jarra del agua.
hermanas de su padre conociesen lo que no forma Echó un poco en la palangana y se lavó la cara, que
ba parte de una cuidada educación fe menina y que le ardía. U na esclava entró en la cámara. Era una