Page 10 - De Victoria para Alejandro
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-¿ Qué haces escribiendo aquí, delante de gado tu padre, tus tías romanas, tu abuelo y el
todos? mundo entero. Y lo que han conseguido es criar
La muchacha levantó la cabeza, sobresal una descarada, sin respeto y sin temor, que no
tada, con una expresión asustada en los ojos color conoce su sitio ni la verdadera tarea de una mujer.
uva. Pero este viaje lo haces bajo mi tutela y no voy a
-Y a es bastante malo que sepas escribir consentir que te comportes como no debes. Vas a
para que encima lo hagas en público y ante todos aprender modales y respeto, niña. ¡Se acabó el
los marineros. exhibirte en cubierta, delante de los marineros!
Balbuceó: Salió con violencia, evidentemente irrita
-Tío José .... do, y Victoria quedó en el centro de la habitación,
-¡A tu camarote, enseguida! sofocada, sin reaccionar. No entendía, o tal vez
Con la cara roja como una cereza, y sin entendía demasiado la ira de su tío.
levantar la vista, la muchacha recogió el papiro y
los útiles de escribir y bajó la escalera hacia su
cámara. Tras ella, el hombre cerró la puerta de la
pequeña habitación y se enfrentó a ella enojado. Habían salido una semana antes de Roma.
-¡No tienes vergüenza! Iban a Jerusalén, a recoger la herencia de su abuelo
-¿Por qué me riñes? No es malo saber Ismail, muerto en Roma y que le había legado
escribir. ciento cincuenta talentos de oro*, más de tres mi
El hombre respondió con severidad: llones y medio de sextercios* en moneda romana.
-Está escrito: «No des salida al agua, ni a Las posesiones del abuelo estaban en Jerusalén, y
la mujer libertad de hablar». como su padre, caballero y senador, no podía aban
-¡Tío José! donar Roma por la situación política, tras escribir
-Te han mimado demasiado, niña. Te han poderes y dar órdenes a sus administradores en
consentido todos. Tu padre, mi pobre hermana, mi Roma y Jerusalén, la había confiado al hermano
padre, tu madrastra .... Hasta tu nombre es presun de su madre, a su tío José, que había ido a
tuoso. ¡Victoria! Tu padre no sabe que está escrito: Roma a presidir los funerales de su abuelo. José
«Si tienes hijas, no pongas ante ellas cara muy i:ra un hombre respetado entre los de su raza, de
rísueña». Y tu padre no ha tenido más alegría ni
* Las palabras con asterisco figuran por orden alfabéti-
más complacencia que verte sonreír. Te han hala• 1:11111 final del libro.