Page 151 - Cuentos de Amor locura y Muerte
P. 151

hablábamos supongo, y de sombría angustia para mí. Pero sin   acuerda usted de haberme dicho algo ... dos o tres palabras
 volver a mí los ojos, como si le interesaran siempre los rostros   nada más ... la última noche que tuvo fiebre?
 que cruzaban en sucesión de filme, agregó un instante después:   María Elvira contrajo las cejas un largo instante, Y las
 -Cuando era mi amor, al parecer.  levantó luego, más altas que lo natural. Me miró atentamente,
 -Perfectamente bien dicho -le dije-. Su amor, al  sacudiendo la cabeza:
 parecer.       -No, no recuerdo.
 Ella me miró entonces de pleno.   -¡Ah! -me callé.
 -No  ...       Pasó un rato. Vi de reojo que me miraba aún.
 Y se calló.    -¿Qué? -murmuró.
 -¿No ... , qué? Concluya.  -¿Qué ... qué? -repetí.
 -¿Para qué? Es una zoncera.  -¿Qué le dije?
 -'-No importa: concluya.  -Tampoco me acuerdo ya ...
 Ella se echó a reír:  -Sí, se acuerda ... ¿Qué le dije?
 -¿Para  qué?  En fin ...  ¿No  supondrá  que  no  era  al  -No sé, le aseguro ...
                                    .
                           1  ·
                                     .  ?
                                , 1
 parecer?       -¡S1, sabe  .... 1,  Q  ue  e  !Je.      .
                    ,
                                   d
 -Eso es un insulto gratuito -le respondí-. Yo fui el  -¡Veamos! -me aproximé de nuevo a ella-. S1 usted
 primero en comprobar la exactitud de la cosa, cuando yo era   no  recuerda absolutamente nada,  puesto  que todo era una
 su amor ... al parecer.  alucinación de fiebre, ¿qué puede importarle lo que me haya
 -¡ Y dale ... ! -murmuró. Pero a mi vez el demonio de   o no dicho en su delirio?
 la locura me arrastró tras aquel ¡y dale! burlón, a una pregunta   El  golpe  era  serio.  Pero  María  Elvira  no  pensó  en
 que nunca debiera haber hecho.   contestarlo,  contentándose con mirarme un instante más Y
 -Óigame,  María  Elvira  -me  incliné-:  ¿usted  no  apartar la vista con una corta sacudida de ho bros  .  .
                                                 �
 recuerda nada, no es cierto, nada de aquella ridícula historia?   -Vamos -me dijo bruscamente-. Qmero bailar este
 Me miró muy seria,  con altivez si se  quiere, pero al   vals.
 mismo tiempo con atención, como cuando nos disponemos a   -Es justo -me levanté-. El sueño de vals que bailá-
 oír cosas que a pesar de todo no nos disgustan.   bamos no tiene nada de divertido.
 -¿Qué historia? -dijo.  No me respondió. Mientras avanzábamos al salón, pare­
 -La otra, cuando yo vivía a su lado  ... -le hice notar  cía buscar con los ojos a alguno de sus habituales compañeros
 con suficiente claridad.   de vals.
 -Nada ... absolutamente nada.  -¿Qué sueño de vals desagradable para usted? -me
 -Veamos; míreme un instante ...  dijo de pronto, sin dejar de recorrer el salón con la vista.
 -¡No, ni  aunque lo mire ... ! -me lanzó en una carcajada.  -Un vals de delirio ... No tiene nada que ver con esto. -
 -¡No,  no es  eso ... !  Usted  me ha  mirado demasiado  Me encogí a mi vez de hombros.
 antes  para  que  yo  no  sepa ...  Quería  decirle  esto:  ¿No  se   Creí que no hablaríamos más esa noche. Pero aunque

 148                                149
   146   147   148   149   150   151   152   153   154   155   156