Page 99 - Narraciones extraordinarias
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ventana, utilizando la cadena. Al alcanzar esa distancia de dos cos motivos para muchos cambios de ropas. Y si algún ladrón
pies y medio, suponiendo que el postigo estuviese completa hubiera robado algo lpor qué no robar lo mejor? lPor qué
mente abierto, un ladrón podía conseguir un asidero muy fir no llevárselo todo? En pocas palabras: lun ladrón habría de
me en la celosía. Soltando, luego, su sostén en la cadena, con jado cuatro mil francos en oro, para cargar con un atado de
los pies bien apoyados en la pared, y saltando atrevidamente, ropa blanca? El oro fue abandonado. La cantidad menciona
habría impelido al postigo, haciendo que se cerrara, y tam da por monsieur Mignaud, el banquero, fue hallada en las dos
bién, suponiendo que hubiera encontrado la ventana abierta, talegas, sobre el piso. Por lo tanto, sería conveniente descar
hubiese ido a parar al interior de la habitación. Tenga presen tar la desatinada idea, engendrada por los cerebros de la po
te que he· hablado de una agilidad extraordinaria, indispensa licía, de un motivo relacionado con ese dinero. Pero, dadas
ble para el éxito de una empresa tan arriesgada y dificultosa. las circunstancias del caso, si aceptamos que el oro no ha si
Si usamos el lenguaje de la ley, usted me dirá que más bien do la finalidad del crimen, también debemos aceptar que
debería depreciar la agilidad requerida en el caso, que insis quien lo cometió fue tan vacilante y tan estúpido que no sólo
tir en valorarla, pero eso no corresponde al oficio de la razón. olvidó el oro sino el objetivo del delito. Fijémonos ahora en
Mi finalidad consiste únicamente en hallar la verdad, y mi otros detalles que nos muestran el vigor maravilloso del ase
propósito inmediato es inducirlo a usted a que haga un pa sino. En la chimenea había unas espesas guedejas de canosos
rangón entre esa sobrenat!Jral agilidad, y la voz peculiarísima,
aguda, áspera, desigual, acerca de cuya n_acionalidad no hay cabellos humanos. Habían sido arrancados con sus raíces.
dos personas de acuerdo, y en cuya pronunciación no es po lUsted sabe qué fuerza es necesaria para arrancar de la ca
sible descubrir silabeo alguno. beza sólo veinte o treinta cabellos juntos? Ha visto aquellas
Al escuchar aquellas palabras, comencé a formarme una guedejas tan bien como yo ... ihorrendo espectáculo! Sus
vaga idea de lo que pensaba Dupin. Me parecía estar al bor raíces estaban grumosas de fragmentos de carne del cuero ca
de del entendimiento, sin que pudiera entender todavía. Mi belludo, prueba de la fuerza prodigiosa que ha sido menester
amigo continuó su razonamiento: para arrancar tal vez un millón de cabellos al mismo tiempo.
-Usted habrá comprendido -dijo-, que he llevado el La garganta de la anciana no sólo estaba cortada, sino que la
problema del modo de salida al de entrada, y sugiero que am cabeza fue separada del cuerpo, y el instrumento para ello fue
bas fueron efectuadas de igual manera y por un mismo sitio. sólo una navaja de afeitar. i De las heridas en el cuerpo de ma
Volvamos ahora al interior de la habitación. Se ha dicho que dame L'Espanaye no vale la pena ni hablar! Monsieur Dumas
los cajones de la cómoda fueron saqueados, aunque han que y su digno auxiliar monsieur Etienne, han declarado que fue
dado algunas prendas de vestir. La conclusión es absurda. ron causadas por un instrumento contundente, y en esto han
¿cómo sabemos que los objetos hallados no eran todo lo que acertado; el instrumento fue, sin duda alguna, el pavimento
los cajones contenían? La señora y la señorita L'Espanaye de piedra del patio, sobre el que la víctima cayó desde la ven
hacían una vida muy apartada, y salían raramente; tenían po- tana. Este hecho, por sencillo que ahora parezca, escapó a la
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