Page 223 - Narraciones extraordinarias
P. 223

algo de fuerza física. Hablaba sin dificultad y tomaba sin la   una visita alrededor de las diez de la noche.
 ayuda de nadie algunas drogas calmantes. Cuando entré a
 la habitación se encontraba escribiendo notas a lápiz en su   Una  vez que  se  marcharon,  hablé libremente  con
 cuaderno. Los doctores D ... y F ...  lo habían acomodado   Valdemar de su muerte próxima y de mis intenciones de
 con algunos almohadones y lo atendían constantemente.   aplicarle el magnetismo. Se mostró animado y ansioso ante
 Después de saludar a Valdemar, me corrí a un lado con   el  experimento, y me instó a comenzar cuanto antes. Un
 los doctores para que me hicieran un detallado informe del   enfermero y una sirvienta estaban allí para ayudarle, pero
 estado del paciente. Hace ocho meses que el pulmón iz­  yo no me atreví a comenzar mientras no hubiese unos tes­
 quierdo  se  encontraba  en  un  estado  semióseo  o   tigos más dignos de confianza en caso de un repentino y
 cartilaginoso, lo que lo volvía completamente inútil para   súbito accidente. Retrasé entonces lo más que pude la ope­
 cualquier función vital. El derecho, en la parte superior, se   ración, pero la llegada de un estudiante de Medicina ami­
 hallaba casi en la misma situación; mientras que la parte   go mío (el señor Teodoro  .  .. ),  me sacó rápidamente de
                                   L
 inferior no era más que una masa de tubérculos purulentos.   apuros. Aunque en un principio había decidido esperar a
 Además, existían varias perforaciones profundas y en cier­  los médicos D ... y F. .. , los ruego de Valdemar y la seguri­
 to punto una adherencia permanente de las costillas. Estos   dad de que no había tiempo que perder, en vista de la cer­
 fenómenos del lóbulo derecho eran de fecha reciente. La   canía de la muerte, me incitaron a comenzar. El señor L ...
 osificación había avanzado con una rapidez no habitual.   aceptó amablemente tomar notas de cuanto ocurriese,  y
 Las perforaciones sólo habían sido descubiertas hace tres   gracias a estas es que ahora puedo relatarles con detalle lo
 días, y los primeros síntomas de la enfermedad hace un   ocurrido.
 mes. Además de la tisis, se sospecha que el paciente sufría   Faltaban aproximadamente cinco  minutos  para  las
 un aneurisma de la aorta; pero la osificación no permitía   ocho, cuando tomé la mano del paciente y le rogué que le
 entregar un informe exacto. Según la opinión de los_rn'di­  confirmara, lo más claro que pudiese, al señor L. .. su de­
 cos, mi amigo moriría alrededor de la medianoche del día   seo de someterse a la experiencia mesmérica en aquel es­
 domingo; y en ese entonces eran las siete de la tarde del   tado. El señor Valdemar contestó con voz débil pero clara:
 sábado.     -Sí, deseo ser hipnotizado -añadiendo- creo que us­
 Al separarse del enfermo para hablar conmigo, los doc­  ted lo ha tardado demasiado.
 tores D ... y F. .. le había dado el último adiós. No pensaban   Mientras hablaba, comencé a efectuarle los pases que
 volver, pero gracias a una petición mía aseguraron hacer   me parecían más efectivos para adormecerlo; pero por más


 220                               221
   218   219   220   221   222   223   224   225   226   227   228