Page 224 - Narraciones extraordinarias
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� oder que le aplicaba, no se produjo ningún efecto percep ba en un perlecto trance magnético. La curiosidad de am
tible hasta que a eso de las diez llegaron los doctores D ... y bos doctores era enorme: D ... decidió permanecer toda la
F. .. . Les expliqué con breves palabras lo que pensaba ha noche junto al cuerpo, F. .. prometió volver al alba, el se
cer, Y co o no pusieron ningún obstáculo, pues dijeron ñor L. .. y los enfermeros también se quedaron.
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que el paciente ya se encontraba en agonía, continué sin Dejamos tranquilo a Valdemar hasta la tres de la ma
vac lar. Sin embargo, cambié los pases laterales por otros drugada, y cuando volvimos, lo encontré en idéntico esta
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hacia abaJo, concentrando mi mirada exclusivamente en do y en la misma posición ... la respiración era mínima,
los ojos del enfermo. sólo perceptible al acercarle un espejo a los labios, los ojos
. �� rante ese rato era imperceptible su pulso, y la res cerrados naturalmente, y las extremidades rígidas y duras
p1rac10n estertorosa se oía en intervalos de medio minuto. como el mármol. Su aspecto no era de ninguna manera el
Este estado continuó inalterable por un cuarto de hora. de la muerte.
Pasado este período, un suspiro hondo, aunque natural, se Me aproximé al moribundo e hice un esfuerzo para
escapó de su boca. Su respiración dejó de ser perceptible, obligar a su brazo a levantarse junto con el mío. En situa
y sus extremidades estaban frías como el hielo. ciones anteriores este experimento no había dado ningún
Cinco para las once percibí señales inequívocas de la resultado, sin embargo, fui sorprendido al ver que su débil
influencia magnética. El movimiento giratorio de los ojos brazo seguía la dirección que señalaba el mío. Ante esto,
se transformó en esa inconfundible expresión de mirar hacia decidí intentar una conversación:
aden ro característica del sonambulismo. Con algunos pa -Señor Valdemar -pregunté- ¿Está usted dormido?
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ses Ice estremecerse los párpados, como en un incipiente No contestó, pero noté un temblor en sus labios; lo
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sueno, Y con otros pases más, logré cerrarlos. No estando que me llevó a repetir la pregunta varias veces. A la tercera
satisfecho con esto, continué mis manipulaciones h ta interrogación su cuerpo se estremeció en un movimiento
conseguir la rigidez total de todos los miembros del agcbi convulso. Sus párpados se abrieron y de sus labios brotó
z nte, luego de colocarlo en una postura que me pareció un débil murmullo:
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cornada: las piernas y brazos completamente estirados y -Sí, ahora duermo ... ¡No me despierte!. .. ¡Déjeme mo
la cabeza ligeramente levantada. rir así!
y na vez e lizado esto dieron las doce de la noche, y Toqué sus miembros y seguían rígidos. Su brazo con
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ped1 a los medicas que revisaran el estado del paciente. tinuaba siguiendo al mío. Volví a preguntar:
Después de vaiias pruebas, confirmaron que se encontra- -¿Continúa su dolor en el pecho, señor Valdemar?
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