Page 121 - Narraciones extraordinarias
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resplandeciente virgen, llamada Leonora por los ángeles. Pero en la insondable calma el silencio callaba
Ahora ya sin nombre, por la eternidad. y la única palabra que allí se oía
era el balbuceo de un nombre: "¿Leonora?"
El escalofriante y triste crujido Lo musité en un susurro, y el eco
de la seda de los rojos cortinajes me lo devolvió en un murmullo: ¡Leonora!
me llenaba de fabulosos terrores Esto fue todo, y nada más.
nunca antes sentidos. Y ahora aquí, de pie,
silenciando el latir de mi corazón, Ya en mi habitación, mi alma entera,
repito nuevamente: mi alma entera me quemaba por dentro.
"Hay una visita en la puerta de mi habitación Pronto oí golpear nuevamente con más fuerza.
que desea entrar. Una visita "Estoy seguro -me dije-, estoy seguro
que desea entrar a mi habitación a deshoras. que algo ocurre en la reja de mi ventana.
Eso es todo, y nada más". Permítete ver lo que allí ocurre
para que puedas penetrar en el misterio.
Comencé entonces a animarme Permítete que tu corazón logre un instante de silencio
y sin vacilaciones ya: para que puedas penetrar en el misterio".
"Señor -dije-, o señora, le imploro que me perdone ¡Es sólo el viento, y nada más!
pues cuando estando yo adormilado
viniste tan silencioso a golpear, Abrí la puerta de golpe
a golpear a la puerta de mi habitación, y entró, con un silencioso batir de alas,
apenas creí que le oía". un majestuoso cuervo
Abrí entonces de par en par la puerta: de los santos días pasados,
Oscuridad, y nada más. sin una pizca de reverencia
ni un momento de silencio,
Escrutando a fondo aquella negrura que con aires de gran señor o de gran dama
estuve largo rato, asombrado, temeroso, voló a posarse en el busto de Palas*,
lleno de dudas, soñando sueños que ningún hombre
jamás se haya atrevido ·a soñar. * Palas (Palas Atenea): En la antigua grecia, diosa mitológica protec
tora de la inteligencia.
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