Page 55 - Hamlet
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POLONIO.- Venid, señores.

                       HAMLET.- Amigos id con él. Mañana habrá comedia. Oye aquí tú, amigo; dime ¿no
                  pudierais representar La muerte de Gonzago?

                       CÓMICO l.º.- Sí señor.

                       HAMLET.- Pues mañana a la noche quiero que se haga. Y ¿no podrías, si fuese
                  menester, aprender de memoria unos doce o dieciséis versos que quiero escribir e insertar
                  en la pieza? ¿Podrás?

                       CÓMICO 1.º.- Sí señor.

                       HAMLET.- Muy bien; pues vete con aquel caballero, y cuenta no hagáis burla de él.
                  Amigos, hasta la noche. Pasadlo bien.

                       RICARDO.- Señor.

                       HAMLET.- Id con Dios.








                  Escena XI




                  HAMLET solo




                       HAMLET.- Ya estoy solo. ¡Qué abatido! ¡Qué insensible soy! ¿No es admirable que
                  este actor, en una fábula, en una ficción, pueda dirigir tan a su placer el ánimo que así agite
                  y desfigure el rostro en la declamación, vertiendo de sus ojos lágrimas, débil la voz, y todas
                  sus acciones tan acomodadas a lo que quiere expresar? Y esto por nadie: por Hécuba. Y
                  ¿quién es Hécuba para él, o él para ella, que así llora sus infortunios? Pues ¿qué no haría si
                  él tuviese los tristes motivos de dolor que yo tengo? Inundaría el teatro con llanto, su
                  terrible acento conturbaría a cuantos le oyesen, llenaría de desesperación al culpado, de
                  temor al inocente, al ignorante de confusión, y sorprendería con asombro la facultad de los
                  ojos y los oídos. Pero yo, miserable, sin vigor y estúpido, sueño adormecido, permanezco
                  mudo, ¡y miro con tal indiferencia mis agravios! ¿Qué? ¿Nada merece un Rey con quien se
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