Page 294 - Hamlet
P. 294
HAMLET.- Descansa, descansa agitado espíritu. Señores, yo me recomiendo a vosotros
con la mayor instancia, y creed que por más infeliz que Hamlet se halle, Dios querrá que no
le falten medios para manifestaros la estimación y amistad que os profesa. Vámonos. Poned
el dedo en la boca, yo os lo ruego... La naturaleza está en desorden... ¡Iniquidad execrable!
¡Oh! ¡Nunca yo hubiera nacido para castigarla! Venid, vámonos juntos.
Acto II
Escena I
POLONIO, REYNALDO
Sala en casa de Polonio.
POLONIO.- Reynaldo, entrégale este dinero y estas cartas.
REYNALDO.- Así lo haré, señor.
POLONIO.- Será un admirable golpe de prudencia, que antes de verle te informaras de
su conducta.
REYNALDO.- En eso mismo estaba yo.
POLONIO.- Sí, es muy buena idea, muy buena. Mira, lo primero has de averiguar qué
dinamarqueses hay en París, y cómo, en qué términos, con quién, y en dónde están, a quién
tratan, qué gastos tienen; y sabiendo por estos rodeos y preguntas indirectas, que conocen a
mi hijo, entonces ve en derechura a tu objeto, encaminando a él en particular tus
indagaciones. Haz como si le conocieras de lejos, diciendo: sí, conozco a su padre, y a
algunos amigos suyos, y aun a él un poco... ¿Lo has entendido?
REYNALDO.- Sí, señor, muy bien.