Page 24 - Hamlet
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MARCELO.- Más, más estuvo.

                       HORACIO.- Cuando yo le vi, no.

                       HAMLET.- La barba blanca, ¿eh?

                       HORACIO.- Sí, señor, como yo se la había visto cuando vivía; de un color ceniciento.

                       HAMLET.- Quiero ir esta noche con vosotros al puesto, por si acaso vuelve.

                       HORACIO.- ¡Oh! Sí volverá, yo os lo aseguro.

                       HAMLET.- Si él se me presenta en la figura de mi noble padre yo le hablaré aunque el
                  infierno mismo abriendo sus entrañas me impusiera silencio. Yo os pido a todos que así
                  como hasta ahora habéis callado a los demás, lo que visteis, de hoy en adelante lo ocultéis
                  con el mayor sigilo; y sea cual fuere el suceso de esta noche, fiadlo al pensamiento, pero no
                  a la lengua; y yo sabré remunerar vuestro celo. Dios os guarde, amigos. Entre once y doce
                  iré a buscaros a la muralla.

                       TODOS.- Nuestra obligación es serviros.

                       HAMLET.- Sí, conservadme vuestro amor y estad seguros del mío. Adiós. El espíritu de
                  mi padre... Con armas... No es esto bueno. Recelo alguna maldad. ¡Oh! ¡Si la noche hubiese
                  ya llegado! Esperémosla tranquilamente, alma mía. Las malas acciones, aunque toda la
                  tierra las oculte, se descubren al fin a la vista humana.






                  Escena VII




                  LAERTES, OFELIA




                  Sala de la casa de Polonio.

                       LAERTES.- Ya tengo todo mi equipaje a bordo. Adiós hermana, y cuando los vientos
                  sean favorables y seguro el paso del mar, no te descuides en darme nuevas de ti.
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