Page 113 - Hamlet
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de un espacio pequeño, capaz de cubrirse con un par de sus escrituras... ¡Oh! ¡Y a su
opulento sucesor tampoco le quedará más!
HORACIO.- Verdad es, señor.
HAMLET.- ¿No se hace el pergamino de piel de carnero?
HORACIO.- Sí señor, y de piel de ternera también.
HAMLET.- Pues, dígote, que son más irracionales que las terneras y carneros, los que
fundan su felicidad en la posesión de tales pergaminos. Voy a tramar conversación con este
hombre. ¿De quién es esa sepultura, buena pieza?
SEPULTURERO 1.º.- Mía, señor.
y un hoyo en tierra
que le preparan:
para tal huésped
eso le basta.
HAMLET.- Sí, yo creo que es tuya porque estás ahora dentro de ella... Pero la sepultura
es para los muertos, no para los vivos: con que has mentido.
SEPULTURERO 1.º.- Ve ahí un mentís demasiado vivo; pero yo os le volveré.
HAMLET.- ¿Para qué muerto cavas esa sepultura?
SEPULTURERO 1.º.- No es hombre, señor.
HAMLET.- Pues bien, ¿para qué mujer?
SEPULTURERO 1.º.- Tampoco es eso.
HAMLET.- Pues ¿qué es lo que ha de enterrarse ahí?
SEPULTURERO 1.º.- Un cadáver que fue mujer; pero ya murió... Dios la perdone.
HAMLET.- ¡Qué taimado es! Hablémosle clara y sencillamente, porque si no, es capaz
de confundirnos a equívocos. De tres años a esta parte he observado cuanto se va
sutilizando la edad en que vivimos... Por vida mía, Horacio, que ya el villano sigue tan de
cerca al caballero, que muy pronto le desollará el talón. ¿Cuánto tiempo ha que eres
sepulturero?
SEPULTURERO 1.º.- Toda mi vida, se puede decir. Yo comencé el oficio, el día que
nuestro último Rey Hamlet venció a Fortimbrás.
HAMLET.- ¿Y cuánto tiempo habrá?