Page 116 - Hamlet
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Escena III
CLAUDIO, GERTRUDIS, HAMLET, LAERTES, HORACIO, UN CURA, DOS
SEPULTUREROS. Acompañamiento de Damas, Caballeros y Criados.
LAERTES.- ¿Qué otra ceremonia falta?
HAMLET.- Mira, aquel es Laertes, joven muy ilustre.
LAERTES.- ¿Qué ceremonia falta?
EL CURA.- Ya se han celebrado sus exequias con toda la decencia posible. Su muerte
da lugar a muchas dudas, y a no haberse interpuesto la suprema autoridad que modifica las
leyes, hubiera sido colocada en lugar profano, allí estuviera hasta que sonase la trompeta
final, y en vez de oraciones piadosas, hubieran caído sobre su cadáver guijarros, piedras y
cascote. No obstante esto, se la han concedido las vestiduras y adornos virginales, el clamor
de las campanas y la sepultura.
LAERTES.- ¿Con que no se debe hacer más?
EL CURA.- No más. Profanaríamos los honores sagrados de los difuntos cantando un
réquiem para implorar el descanso de su alma, como se hace por aquellos que parten de esta
vida con más cristiana disposición.
LAERTES.- Dadla tierra, pues. Sus hermosos e intactos miembros acaso producirán
violetas suaves. Y a ti, clérigo zafio, te anuncio que mi hermana será un ángel del Señor,
mientras tú estarás bramando en los abismos.
HAMLET.- ¡Qué! ¡La hermosa Ofelia!
GERTRUDIS.- Dulces dones a mi dulce amiga. A Dios... Yo deseaba que hubieras sido
esposa de mi Hamlet, graciosa doncella, y esperé cubrir de flores tu lecho nupcial..., pero
no tu sepulcro.
LAERTES.- ¡Oh! ¡Una y mil veces sea maldito, aquel cuya acción inhumana te privó a
ti del más sublime entendimiento!... No... esperad un instante, no echéis la tierra todavía...