Page 105 - Hamlet
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CRIADO.- Unos marineros, que según dicen os traen cartas.
HORACIO.- Hazlos entrar. Yo no sé de qué parte del mundo pueda nadie escribirme, si
ya no es Hamlet mi señor.
Escena XX
HORACIO, DOS MARINEROS
MARINERO 1.º.- Dios os guarde.
HORACIO.- Y a vosotros también.
MARINERO 1.º.- Así lo hará si es su voluntad. Estas cartas del Embajador que se
embarcó para Inglaterra vienen dirigidas a vos, si os llamáis Horacio, como nos han dicho.
HORACIO.- Horacio: luego que hayas leído ésta, dirigirás esos hombres al Rey para el
cual les he dado una carta. Apenas llevábamos dos días de navegación, cuando empezó a
darnos caza un pirata muy bien armado. Viendo que nuestro navío era poco velero, nos
vimos precisados a apelar al valor. Llegamos al abordaje: yo salté el primero en la
embarcación enemiga, que al mismo tiempo logró desaferrarse de la nuestra, y por
consiguiente me hallé solo y prisionero. Ellos se han portado conmigo como ladrones
compasivos; pero ya sabían lo que se hacían, y se lo he pagado muy bien. Haz que el Rey
reciba las cartas que le envío, y tú ven a verme con tanta diligencia, como si huyeras de la
muerte. Tengo unas cuantas palabras que decirte al oído que te dejarán atónito; bien que
todas ellas no serán suficientes a expresar la importancia del caso. Esos buenos hombres te
conducirán hasta aquí. Guillermo y Ricardo siguieron su camino a Inglaterra. Mucho tengo
que decirte de ellos. Adiós. Tuyo siempre, Hamlet. Vamos. Yo os introduciré para que
presentéis esas cartas. Conviene hacerlo pronto, a fin de que me llevéis después a donde
queda el que os las entregó.