Page 141 - Romeo y Julieta
P. 141

WJLUM! SHAKESPEARE
 .......... . . . . . .........
 . .   ·············· ..... ····· . ... ... ..... ....  .   ROMEO Y JULIETA

 homenaje de  mi amor  ...  ?  ¡Y cómo!  ¡alumbrados por una
        abrir tus fauces podridas y a hartarte nuevamente de carne
 antorcha! ¡Noche, cúbreme un momento con tu manto!
        fresca! (Abre la tumba).
 (Entran Romeo y Baftasr.  Traen una antorcha, un azadón y
 ua barra de hierro).  París: Ese es Montesco, el atrevido desterrado que asesinó al
        primo de mi amada, por cuya pena ella murió, según dicen.
        Seguramente ha venido a profanar sus cad ver s Pero yo se
 Romeo: El azadón. Pásame la barra. Toma  esta  carta.
                                               �
                                                  �
        lo impediré. (vá hacia Romeo). ¡Detén tu diabohco trabaJo,
 Apenas amanezca, se la harás llegar a mi padre. Dame la  _-  _
        infame Montesco! ¿No te bastaron sus muertes para detener
 antorcha, y si estimas tu vida, no hagas nada aunque oigas
 lo  que  oigas o veas lo  que  veas. Apártate y  no  intentes
        tu furor y tu venganza? ¡Entrégate, malvado! ¡Sígueme, que
        la muerte te aguarda!
 estorbarme  ... Lo que aquí me trae no es sólo contemplar
        Romeo: Sí, para eso he venido, para morir aquí. No provo­
 por última  vez el rostro  de mi amada, sino que -y algo
        ques, noble joven, a un hombre ciego y sin esperanzas. Aléjate,
 también muy importante- recuperar de su dedo el anillo
 nupcial, para  llevarle  siempre como  un grato recuerdo.
        huye de mí. Recuerda a esos muertos y tiembla de miedo. No
        me incites a acumular más pecados de los que pesan ya sobre
 Vete,  pues. Aléjate pronto. Y si la curiosidad te  lleva  a
 seguirme, te juro que he de cortarte en pedazos, y te es­
        mí. Vete, por favor! Aprecio mucho más tu vida que la mía,
 parciré en este insaciable cementerio. Mis intenciones son  1   ,   •
                                                 I  Al,.
        y sólo estoy armado contra m1 mismo. ¡  H  uye. ¡  eiate.
                                                         1 Sal  va
 violentas y más negras y feroces que un tigre hambriento
        tu vida para que puedas agradecer la clemencia de un loco.
 o el mar tempestuoso.
        París: ¡Viles palabras, que no me detendrán! ¡Voy por ti!
 Baltasar: Sí, señor. En nada os molestaré.
        Romeo: ¿ Te  empeñas en provocarme?  Pues defiéndete ...
 Romeo: Será la mejor prueba de tu amistad. Toma. Vete,
 vive y sé feliz, amigo mío.   (Peln).
        Criado: ¡ Válgame Dios! ¡Se baten! Llamaré a la ronda. (Sale).
 Baltasar: (Aparte) A pesar de sus amenazas, voy a ocultarme
        Paris:  (Cayendo).  ¡Muerto soy! Si tienes lástima  de mí,
 por aquí. Me inspiran más miedo su aspecto y lo que va a
 hacer. (Sale).   ponme junto al sepulcro de Julieta. (Muere).
        Romeo: Sí, lo haré. Pero  veamos quién es.  ¡París, el con­
 Romeo: ¡Abominable entraña de la muerte, boca voraz que
        de, pariente de Mercucio! Cuando  cabalgábamos, ¿no  i e
 has devorado a lo mejor que había en la tierra, te obligaré a  �
        contó mi criado, y yo  le  oí como  entre nieblas, que Pans
 140 !
                                                  141
   136   137   138   139   140   141   142   143   144   145   146