Page 42 - Historia de una gaviota y del gato que le enseño a volar - 6° - Septiembre
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—Tiene un hijo muy bonito, amigo. Será un gran gato —aseguró el
primero.
—Eso se ve de lejos. Es un gatito muy guapo —afirmó el otro.
—No es un gato. Es un pollo de gaviota, estúpidos —aclaró
Zorbas.
—Es lo que siempre le digo a mi compadre: hay que tener hijos
gaviotas. ¿Verdad, compadre? —declaró el primero.
Zorbas decidió terminar con aquella farsa, pero aquellos dos
cretinos se llevarían un recuerdo de sus garras. Con un enérgico
movimiento recogió las patas delanteras y sus garras partieron una
oreja de cada uno de esos cobardes. Maullando de dolor escaparon a
la carrera.
—¡Tengo una mami muy valiente! —graznó el pollito.
Zorbas comprendió que el balcón no era un lugar seguro, pero
tampoco podía meterlo en el piso porque el pollito lo ensuciaría todo
y acabaría siendo descubierto por el amigo de la familia. Tenía que
buscarle un refugio seguro.
—Ven, vamos a dar un paseo —maulló Zorbas antes de tomarlo
delicadamente entre los dientes.
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