Page 32 - Historia de una gaviota y del gato que le enseño a volar - 6° - Septiembre
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y a los maullidos de los gatos se unieron los aullidos de los perros, el
piar lastimero de los canarios enjaulados y de los gorriones en sus
nidos, el croar triste de las ranas, y hasta los destemplados chillidos
del chimpancé Matías.
Las luces de todas las casas de Hamburgo se encendieron, y
aquella noche todos sus habitantes se preguntaron a qué se debía la
extraña tristeza que súbitamente se había apoderado de los
animales.
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