Page 70 - Quique Hache Detective
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Aunque tiene otro novio secreto: Amador Alar­                          -Probablemente  lo  liberarán  después
              cón, un librero de la plaza Ñ  uño  a. Para Gertru­            del  partido  y de  la  derrota  del  Ferro  Quilín
              dis ambos pretendientes son  muy distintos,  y                 -dijo, muy sentenciosa.
              su hombre perfecto  es  la combinación  de  los                        Yo  escuché  atentamente,  pero  no  dije
              dos. Uno representa la fuerza, el otro, la poesía.             nada.  Seguía preocupado por Charo y sin sa­
                     No  estaba dispuesto a contarle tan fá­                 ber qué hacer.  Desesperada,  la Gertru inten­
              cilmente  todo  lo ocurrido  en  la  estación  de              tó un cruel soborno:  me ofreció ñoquis para
              Santa  Familia;  yo estaba analizando intensa­                 el almuerzo si le contaba las últimas noveda­
              mente mi parálisis en el  andén.  ¿Por qué no                  des. Acepté.
              hice  nada  para  salvar  a  Charo?  ¿Por  qué  no                     Después de comer los ñoquis,  nos fui­
              moví ni un dedo? Y  peor todavía: ¿qué estaría                 mos  a  ver  las  telenovelas  para  reposar el  al­
              pensando Charo de mí?  Que era un cobarde,                     muerzo.  Cada  dos  minutos,  sin despegar los
              claro.  O peor: que era un traidor.                            ojos de la pantalla, sugeríamos en voz alta al­
                     Las  cosas  estaban  complicándose,  no                 guna hipótesis sobre el caso, pero todas resul­
              sólo Cacho Ramírez era el desaparecido,  aho­                  taron  absurdas.  Mirábamos  Árbol torcido,  la
              ra  se  sumaba  el  secuestro  de  Charo.  Ambos               preferida de  Gertrudis. Al protagonista de la
              hechos se relacionaban.  La solución de cual­                  telenovela, un hombre pobre, casado con una
              quiera de los dos conduciría a resolver el otro.               mujer de familia adinerada, lo obligan a sepa­
              Esto me lo decía mi instinto detectivesco.                     rarse de su mujer y dejar a sus  hijos.  El pro­
                     La  Gertru  seguía  preguntándome por                   tagonista  es  madurón  y  canoso,  con  acento
              lo que había pasado el día anterior en  Santa                  mexicano, que no es nada de extraño porque
              Familia, pero yo no quería contarle. Para con­                 la telenovela es mexicana. El hombre llega to­
              vencerme,  dijo  que  ella  también  tenía  una                das las tardes a un parquecito, donde observa,
              pista a través de su comadre de Santa Familia.                 a la distancia,  a sus hijos que no le permiten
             Averiguó que en el partido de fútbol del pró­                   ver.  El hombre, triste y melancólico, los mira
              ximo  sábado  se  apostaba  mucho  dinero,  lo                 desde un árbol torcido, que le da el nombre a
              que aumentaba la sospecha de que el secues­                    la  telenovela.  Como  los  galanes  mexicanos
              tro de Cacho era por motivo de dinero.                         son  los  hombres  que  le  gustan  a  la  Gertru,



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