Page 65 - Quique Hache Detective

grupo de jóvenes, felices ante maletas y bol­
sos. Le indiqué con el dedo en la foto su pro­
pia cara, casi oculta, sorprendida por el lente
de la cámara. Miró la fotografía con tristeza.
-Soy yo -dijo resignada-. Hace tiem­
12 po que no veía esa foto. Es la última.

-¿La última? -pregunté.
-De mi curso en el liceo. Es el segun-
e haro no llevaba la polera de Iron do B del liceo Makario Cotapos, de Santa Fa­
Maiden que yo creía su banda preferida, sino milia. De eso hace tres años. Hace dos que
una blusita de niña buena. Era bonita, con dejé el liceo y a los amigos.
los ojos claros y el pelo muy corto. Por segun­ -¿Por qué?
da vez en la misma semana y de la misma per­ -Antes, respóndeme la pregunta que
sona, me enamoré. Caminamos lentamente yo te hice primero, ¿cuál es tu interés en esto?
por todo el andén, con esos pasitos cortos y Llegamos al final del andén, más allá
desganados que se dan cuando dos se gustan todo estaba cubierto de pasto, de arbustos, de
y pretenden estirar el tiempo. una flor naranja y amarilla que la Gertru lla­
-Te hice venir hasta aquí para algo es­ ma californiana, que crece a la orilla de las
pecial -dijo ella. vías de los ferrocarriles.
-Yo también -respondí como un estú- -Busco a Ramírez -dije-, porque me
pido. contrataron para hacerlo. Soy un detective
-¿También qué? privado y este es mi primer caso -el final me
-También te escucho, quiero decir. salió inflando el pecho como paloma.
-Si deseas saber la verdad sobre Cacho Charo se rió con ganas, asunto que a
Ramírez, antes me tienes que explicar por mí no me hizo gracia. En el fondo, los hom­
qué te interesa el tema. bres hacemos y decimos muchas cosas para
Me registré el bolsillo de la camisa y le agradar a las mujeres y luego ellas se ríen de
dejé enfrente de sus O J OS la fotografía del nosotros.

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