Page 147 - Quique Hache Detective
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 -Momentito. Pare.  i ene razón, nunca  manejaba buses y jugaba al fútbol aquí en el
 existió aquí, sino en Santiago y hace cincuen­  pueblo,  era  querido por todos,  pero  un día,
 ta años como le dije.   después que murió su mamá, se fue sin decir­
 -Entonces no hay nada más que decir  le nada a nadie y no volvimos a saber de él.
 -se resignó ella.  Así ocurre con la gente joven; sin trabajo, no
 El abuelo entonces levantó las dos manos.   les queda otra alternativa que trasladarse a la
 -Pero  usted  no  preguntó  por  Carlos  capital.
 Ramírez,  quien  se  creía  Cacho  Ramírez  en   -¿ Y familiares?
 San José.        -Los  Ramírez  se  desgranaron  hace
 ,
 - ¿  ·S  e cre1a ....   tiempo. Tenían  un  molino  al  otro  lado  del
 :i
 -Déjeme  acordar.  Hace  algunos  años  río,  pero  lo abandonaron y se  fueron.  Aquí
 jugó un niño en  la selección. Cuando le pre­  vamos quedando los menos.
 guntaban él se sobraba, decía que era de vola­  Charo miró la dirección que había se­
 das y atajadas como las de Cacho Ramírez del   ñalado don Reinaldo más allá del río. Agrade­
 Colo Colo, lo admiraba, era un ídolo para él y   ció  la  información  con  un  beso.  El  viejo
 le gustaba que lo llamaran de la misma forma.   sorprendido dijo:
 -Ese es -gritó otra vez Charo.  -Uno  se  viene  a  la plaza  a  tomar sol
 -Tengo las orejas débiles, señorita -Cha-  para entibiarse y para monear estas gafas nue­
 ro quiso preguntar, pero don Reinaldo se ade­  vas que tengo y hasta besos se reciben.
 lantó-:  Carlitas Ramírez, ése es el nombre del
 que  se  creía  Cacho.  Atajaba,  es  cierto,  pero
 nunca como el gran Cacho Ramírez, ése era de
 película.
 -¿Y dónde  puedo  encontrar  a  Carlos
 Ramírez?
 -No lo puede encontrar.
 -No me diga que se murió.
 -Parecido.  Hace  unos  años  ese  niño


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