Page 144 - Quique Hache Detective
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fondo cuando se detienen en las esquinas, así no le puedo escuchar. La juventud no respeta
los motores no resisten. a la gente de edad. Un arquero, eso es lo que
Charo nos miró convencida de que usted busca. Debió haber hablado antes, se
perdíamos el tiempo hablando con don Rei refería al arquero Cacho Ramírez.
naldo. Lo intentó otra vez. Charo miró al cielo y sopló todo el ai
-Cacho Ramírez -dijo subiendo el vo- re de sus pulmones.
lumen. -¿Entonces sí lo conoce? ¿Sí existió un
-Ahora sí que la sintonizo, señorita, la arquero llamado Cacho Ramírez?
escuché, no tiene para qué gritar. Usted bus -Claro que existió. Yo nunca lo cono
ca a Cacho Ramírez. Podía haberlo dicho cí y es difícil que lo conozca alguien porque
desde un principio. Estoy sordo, pero no es está muerto hace cincuenta años.
porque quiera, sino de viejo. -¿Muerto?
-¿Lo conoce entonces? -preguntó ilu -Ahora usted es la sorda. Cacho Ramí-
sionada y feliz. Cuando Charo parecía con rez fue un famoso arquero de fútbol de los
tenta se le iluminaba de voltios la cara y yo años 30, uno de los grandes arqueros, como
temblaba de gusto. Livingstone, a quien le decían «el Sapo», aun
-Claro que no conozco a ningún Ca que a mí ese sobrenombre no me gustaba.
cho Ramírez de San José. Le puedo asegurar Ramírez, del que hablamos, le decían simple
que en este pueblo, donde nací, me crié y voy mente Cacho Ramírez. Jugó primero en Ma
a morir, nunca existió alguien con ese nom gallanes y luego en Colo Colo, con gente
bre tan feo. como David Arellano, a quien todos querían.
-Pero eso no es posible. Era arquero, -A mí ese Cacho Ramírez no me sirve.
un buen arquero antes de irse a Santiago. -Usted preguntó, yo respondo, para eso
-Por aquí pasan muchos arrieros, es vengo aquí a la plaza, a estrenar mis gafas nuevas,
imposible saber los nombres. a calentar los huesos y a responder preguntas.
-Arquero, no arriero -gritó Charo Y -Entonces -se resignó Charo definiti
nosotros nos apretamos temerosos. vamente-, ¿nunca ha existido un Cacho Ra
-Le repito, señorita, si me sigue gritando mírez en San José?
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