Page 111 - Quique Hache Detective
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abogado en la familia. Personalmente no que­
          ría estudiar algo como leyes porque me pare­
          ce  muy  aburrido.  La  Gertru  me indicó  con
          un dedo y dijo:
                  -Entre lo  que  los demás quieren  y lo

 20       que uno quiere hay un lugar entremedio en el
          cual las decisiones las toma uno.

                  Yo no le entendí mucho, ella habla así
 Decepcionados  nos  fuimos al  Bra­  siempre con respuestas para todo.
 vísimo  de  Providencia  a  tomar  helados.  La  Mientras  estábamos  en  el  Bravísimo'
 tarde se agotaba y  ninguno de los dos quería  me levanté y pedí el teléfono. Me comuniqué
 regresar todavía a la casa. Yo seguía preocupa­  con  León  en  el  Hogar  Isabelita Astaburuaga
 do por Charo y me sentía un inútil con ganas  para saber de novedades con respecto a Cha­
 de  abandonar  para  siempre  mi breve carrera  ro. No había ninguna, así que nos pusimos de
 de detective.  Para estos momentos de incerti­  acuerdo  para lo que teníamos que  hacer  esa
 dumbre y depresión no hay como los helados.  noche.
 De eso  estoy seguro.  De manera que pedí la  -Me acordé de algo que puede ser im­
 copa  especial  de  pistachos  y  cremaextra.  Y  portante  con  respecto  a  Cacho  -dijo  León
 conversamos con la Gertru sobre el futuro.   por teléfono.
 A mí me gustaba hablar con ella sobre  -¿Qué?
 esas  cosas  y  creo  que  nos  entendíamos.  Por  -Un  día,  entre todos,  le preguntamos
 ejemplo,  me  confesó  que  siempre  quiso  ser  a Charo sobre el arquero, por qué ambos eran
 azafata, pero nunca tuvo la plata ni las ganas  tan amigos y por qué él nos ayudaba.  Charo
 de estudiar. Había llegado a Santiago a traba­  respondió eludiendo un poco la pregunta, di­
 jar dejando a sus amigos y novios en Temuco.  jo  que  Ramírez  tenía  problemas,  vivía  en  el
 Yo le dije que probablemente terminaría estu­  barrio, solo, lejos de su familia. Durante siete
 diando  en la universidad,  tal vez  leyes,  por­  años  había  manejado  buses,  pero  los  había
 que mi papa siempre decía que hacía falta un  dejado por el fútbol.


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