Page 109 - Quique Hache Detective

diferente, parecía salir de una radio FM que -Eso sería todo -concluyó y sin dejar
llevaba en la garganta. Nosotros con la Ger­ de sonreírnos, como un animador de la tele­
tru nos sobresaltamos y comenzamos, cada visión, agregó-: Por ser ustedes y lo difícil del
uno, a arrepentirnos de estar sentados allí. encargo, son cinco mil pesos.
-¿Nombre del interesado? -preguntó Pagamos y salimos del departamento con
la señora Magaly. la extraña sensación de haber sido estafados.
-Cacho Ramírez, arquero -respondió
la Gertru.
Esperamos otros diez minutos para
que la señora Magaly volviera a hablar sin
abrir los ojos:
-Lo veo, está vivo.
-Está vivo -repitió la Gertru para que
yo escuchara, aunque yo lo hacía perfecta­
mente.
-Lo estoy viendo rodeado de mucho
mar, en una playa del litoral central... mar,
mucho mar -parecía más concentrada que
nunca.
-¿Podría ser más específica? -pregun­
té, pero la Gertru reprobó mi pregunta con
una mirada. Volví a esperar hasta que la seño­
ra Magaly dijo:
-No puedo detallar nada más.
-Está bien -dijo la Gertru.
Nos levantamos y la señora Magaly pa­
reció despertar del trance. Sonrió como si no
hubiera pasado nada.

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