Page 63 - Crónicas de Narnia I - Junio 5to Básico
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XI ASLAN ESTA CERCA
En el intertanto, Edmundo vivía momentos de gran desilusión. Cuando el
Enano salió para preparar el trineo, creyó que la Bruja se comportaría
amablemente con él, igual que en su primer encuentro. Pero ella no habló. Por
fin Edmundo se armó de valor y le dijo:
—Por favor, su Majestad, ¿podría darme algunas Delicias turcas? Usted...,
usted..., dijo...
—¡Silencio, mentecato!
Luego ella pareció cambiar de idea y dijo como para sus adentros:
—Tampoco me servirá de mucho que este rapaz desfallezca en el
camino...
Golpeó una vez más las manos y otro enano apareció.
—Tráele algo de comer y de beber a esta criatura humana —ordenó.
El enano se fue y volvió rápidamente. Traía un tazón de hierro con un
poco de agua y un plato, también de hierro, con una gruesa rebanada de pan
duro. Sonrió de un modo repulsivo, puso todo en el suelo al lado de Edmundo,
y dijo:
—Delicias turcas para el Principito. ¡Ja, ja, ja!
—Lléveselo —dijo Edmundo, malhumorado—. No quiero pan duro.
Pero repentinamente la Bruja se volvió hacia él con una expresión tan
fiera en su rostro que Edmundo comenzó a disculparse y a comer pedacitos de
pan, aunque estaba tan añejo que casi no lo podía tragar.
—Deberías estar muy contento con esto, pues pasará mucho tiempo antes
de que pruebes el pan nuevamente —dijo la Bruja.
Mientras todavía masticaba, volvió el primer enano y anunció que el
trineo estaba preparado. La Bruja se levantó y, junto con ordenar a Edmundo
que la siguiera, salió.
Nuevamente nevaba cuando llegaron al patio, pero ella, sin fijarse
siquiera, indicó a Edmundo que se sentara a su lado en el trineo. Antes de
partir, llamó a Fenris Ulf, quien acudió dando saltos como un perro y se detuvo
junto al trineo.
—¡Tú! Reúne a tus lobos más rápidos y anda de inmediato hasta la casa
del Castor —dijo la Bruja—. Mata a quien encuentres allí. Si ellos se han ido,
vayan a toda velocidad a la Mesa de Piedra, pero no deben ser vistos.
Espérenme allí, escondidos. Mientras tanto yo debo ir muchas millas hacia el
oeste antes de encontrar un paso para cruzar el río. Pueden alcanzar a estos
humanos antes de que lleguen a la Mesa de Piedra. ¡Ya saben qué hacer con