Page 79 - Alicia en el país de las maravillas
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-lCómo voy a saber yo? _;contestó Alicia, sorprendida
 de su propio valor-. No es asunto que me incumba ...
 La reina se encendió de ira y, después de mirar fijamen­
 te a la muchacha por un momento, empezó a gritar como una
 bestia salvaje:
 -iCórtenle la cabeza! iCórtenle!...
 -iTonterías! -exclamó Alicia, con voz fuerte y defini-
 da, que dejó silenciosa a la reina.
 El rey puso una mano sobre su brazo y tímidamente dijo:
 -iPiensa, hijita, que se trata sólo de una niña!
 La reina se apartó indignada del lado del rey y, dirigiéndo-
 se a la Sota, ordenó:
 -Dadlos vuelta.
 La Sota lo hizo, muy cuidadosamente, con el pie.
 -iLevántense! -dijo la reina con voz chillona y poten-
 te.
 Los tres jardineros se pusieron de pie de un salto y em­
 pezaron a hacer reverencias al rey, a la reina, a los niños re­
 ales y a todo el mundo.
 -Basta ya -ordenó la reina -. Me marean.
 Luego, volviéndose hacia el rosal, continuó diciendo:
 -lQué han estado haciendo aquí?
 -Si Su Majestad se digna ... -contestó el Dos, con tono
 muy humilde, arrodillándose sobre una rodilla -. Tratába­
 mos de ...
 -iYa lo veo!  -le interrumpió la reina, que se había
 puesto a examinar las rosas-. iQue les cor�en la cabeza!
 La procesión continuó, menos tres soldados, que se que­
 daron atrás para ejecutar a los infelices jardineros, quienes
 corrieron hacia Alicia en busca de protección.
 -iNo les cortarán la cabeza! -dijo Alicia, colocándolos
 en una especie de macetero que había cerca.


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