Page 77 - Alicia en el país de las maravillas
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El Siete disparó su pincel y protestó:   da palabra que decía. Pasó sin verla. Luego desfiló la Sota de
 -iEsa es la mayor de las injusticias!  Espadas, llevando la corona del rey sobre un cojín de tercio­
 Se interrumpió al divisar a Alicia que estaba junto a ellos  pelo rojo. Y al fin de la enorme procesión venían EL REY Y
 observándoles. Todos se volvieron hacia la niña y le hicieron   LA REINA DE CORAZONES.
 una reverencia.   Alicia estaba dudosa respecto a si debería o no echarse
 _ ¿Podrían decirme ustedes -preguntó Alicia tímida­  al suelo de bruces como los tres jardineros, pero no recorda­
 mente  - por qué están pintando esas rosas?   ba haber oído hablar jamás que había que practicar semejan-
 El Cinco y el Siete no dijeron nada, pero miraron al Dos.   te  formalidad en las procesiones.
           "Además -pensó-, lqué objeto tiene una procesión si
 Este empezó a decir en voz baja:   la gente se tiende de bruces y no la ve?"
 -El hecho es, señorita, que este rosal debiera haber si­
 do rojo, y nosotros, por equivocación, plantamos uno blanco.   Se quedó de pie donde estaba y esperó.
           Cuando la procesión llegó frente a Alicia, todos se detu­
 Si la reina llega a descubrirlo, nos cortarán la cabeza, lcom­  vieron y la miraron. La reina preguntó severamente:
 prende? Por eso, señorita, estamos haciendo todo lo posible   -lQué es esto?
 antes de que ella venga  ...   Se dirigía al rey de corazones, quien se limitó a sonreír y
 En ese  momento el Cinco, que había estado mirando   a hacer una reverencia por toda respuesta.
 atentamente a través del jardín, gritó:   -ildiota! -exclamó la reina, agitando la cabeza con im­
 -iLa reina! iLa reina!  paciencia.  Luego,  volviéndose  hacia  Alicia,  preguntó-:
 Los tres jardineros se tiraron al suelo de bruces. Se sintió  ¿Cómo te llamas, niña?
 el ruido de muchas pisadas. Alicia miró a su alrededor, ansio­  -Mi nombre es Alicia, para servir a Vuestra Majestad
 sa de ver a la reina.   -dijo muy finamente la muchacha, pero agregó para sus
 Primero aparecieron  diez soldados,  llevando tréboles.   adentros: "iSi no son nada más que un paquete de cartas! lA
 Tenían la misma forma de los jardineros, es decir, cuadrada   qué temerles?"
 y plana; con las manos y los pies en los ángulos. En seguida   _,¿y quiénes son éstos? -volvió a preguntar la reina,
 vinieron diez cortesanos: éstos estaban todos cubiertos de   señalando a los tres jardineros que estaban tendidos alrede­
 diamantes y caminaban de dos en dos, igual que los soldados.   dor del rosal.
 Después se vieron los niños reales. Eran diez, y los más pe­  Ellos, como ustedes comprenderán, estaban tendidos de
 queños venían corriendo alegremente, cogidos de la mano,   bruces y ocultaban la cara. Su espalda plana y rectangular
 de dos en dos. Estaban todos decorados con corazones. Des­  mostraba un dibujo igual que las espaldas de todo el resto de
 pués les seguían los invitados, en su mayor parte reyes y rei­  las cartas, ya que pertenecían al mismo paquete de naipes.
 nas, y, en medio del grupo, Alicia reconoció al conejo blanco.   No se podía distinguir entonces si eran jardineros, o soldados
 Hablaba en forma apresurada y nerviosa, sonriendo con ca-  o cortesanos, o, simplemente, si sólo eran tres niños.



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