Page 33 - Alicia en el país de las maravillas
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4           Alicia estaba tan asustada, que corrió inmediatamente en
 El conejo envía un mensaje   la dirección que le indicaba el conejo, sin tratar de explicarle
         el error en que estaba.
             "Me tomó por su camarera -se decía la muchacha, mien­
         tras corría-.  iCuan sorprendido va a estar  cuando se dé
         cuenta de quién soy yo! Pero será mejor que le traiga sus
         guantes y su abanico, es decir, si puedo encontrarlos" ...
             Mientras  decía· estas  palabras,  llegó  frente  a  una casa
         blanca, pequeña y de aspecto muy limpio. En la puerta había
         un brillante letrero que decía: "G. CONEJO". Entró, sin gol­
         pear, y subió corriendo a los altos. Iba con mucho miedo de
         encontrarse con la verdadera María Ana, y tuvo que dar vuel­
         tas por toda la casa antes de encontrar el abanico y los guan­

 Era el pequeño conejo que volvía con suave trote de nuevo,   tes.
 mirando a uno ·y otro lado,  como si hubiese perdido algo.   "i Qué extraño me parece -se dijo Alicia - esto de obe­
 Murmuraba para sí mismo:   decer el mandado de un conejo! iCreo que ahora me irá a
 "iLa duquesa! iLa duquesa! iAy de mis pobres patas! iAy   mandar Dinah!"
 de mis pobres bigotes y de mi pobre piel! Como que me lla­  Su imaginación empezó a soñar lo que sucedería cuando
 mo conejo, estoy seguro de que me ejecutará ... iDónde los   la gata le dijera: "iSeñorita Alicia, venga inmediatámente y
 podré haber perdido!   arréglese para que vayamos de paseo!" "Voy en seguida, Di­
 Alicia adivinó al momento que el animalito andaba bus­  nah." "iEspéreme un momento, no me puedo mover de aquí
 cando su abanico y su par de guantes, así es que, impulsada   hasta que regrese Dinah. Me he quedado vigilando esta cue­
 por su buenos sentimientos, empezó a buscarlos también. Pe­  va de ratas por si alguna quiere escapar ... " Pero luego pensó:
 ro no se veían en ninguna parte: todo parecía haber cambia­  "NO'creo que en casa soportarían mucho tiempo a Dinah
 do desde que estuvo nadando en la piscina; la gran sala, con   si empezara a dar órdenes".
 su mesa de cristal, había desaparecido completamente.   A todo esto, Alicia había entrado a una habitación muy
 Mientras andaba en la búsqueda de sus cosas, el conejo   pequeña, en la que se veía, junto a la ventana, una mesa y, so­
 advirtió muy pronto la presencia de Alicia y le gritó con un   bre ella, un abanico y dos o tres pares de diminutos guantes.
 tono bastante áspero:   Cogió el abanico y un par de guantes y, precisamente cuan­
 -lQué es esto, María Ana? lQué andas haciendo por  do iba a salir del cuarto, vio una _botella que estaba junto al
 aquí? Anda corriendo a casa y tráeme un par de guantes y un   espejo. Esta vez no tenía ninguna etiqueta que dijera: "Bébe­
 abanico. iDate prisa!   me"; sin embargo, la destapó y se la llevó a los labios.

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