Page 28 - Alicia en el país de las maravillas
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-Por  cierto  -repuso muy gravemente  el pájaro ni­             muchacha, observando curiosamente la cola de la rata  -. Pe­
              ño  -. lQué  más tienes en el  bolsillo? -preguntó, dirigiéndo­     ro, lpor qué tiene que ser triste?
              se a la niña.                                                          Estuvo tratando de resolver el enigma, mientra& la rata
                  -Nada más que un dedal -repuso Alicia tristemente.              empezaba a hablar. La historia de la cola era algo así:
                  -Pasa el dedal -gritó el pájaro niño.
                  Todos rodearon de nuevo a la muchacha, mientras que                "Un perro enorme, dijo
              el pájaro niño hacía entrega solemne del dedal, diciéndole:                     a un ratón que anda-
                  -Te rogamos que aceptes este elegante dedal...                                 ba por su mansión:
                  Una vez terminado este discurso, todos gritaron y vito­                               -Vamos a vér al
              rearon.                                                                                          señor juez, que te
                                                                                                                  juzgue de una vez.
                 Alicia encontraba  el  asunto  muy  absurdo,  pero  ellos                                     No hay excusa que
              tenían un aspecto tan serio que no se atrevió a reírse. Como                                te valga: La sentencia
              no se le ocurrió nada que decir, se limitó a hacer una reve­                            que te salga yo mis-
              rencia y a coger el dedal, aparentando el aire más solemne                        mo la he de ejecu-
              que pudo.                                                                      tar, porque hoy no
                                                                                          tengo otra cosa en
                 En seguida había que comerse los bombones, cosa que                 qué pensar-. Dijo la
              causó cierto ruido y confusión, porque los animales grandes                 rata a su enemigo:
              decían que no podían saborear el suyo, miéntras que los chi­                   -Este juicio sin
              cos se atoraban y era necesario golpearles la espalda. Sin em­                    testigo y sin juez
              bargo, el asunto se terminó finalmente y todos se sentaron de                           no ha de daros
                                                                                                          honra y prez, y se­
              nuevo en un círculo y rogaron a la rata CJ."!,e les relatara algo                      rá, proba.blemente,
              más.                               ·  ,.                                            perder el tiem-
                 -Usted me prometió contarme--s.u historia, lrecuerda?                               po inútilmente.
              -dijo Alicia  -, y cuál es la razón que la hace odiar a los g  ... y                        -Yo seré juez
                                                                                                               y testigo -di-
              a los p  ... (Estas últimas palabras la·s pronunció muy bajo y                                      jo, ladrando,  el
                                                                                                              enemigo-. Yo
              usando nada más que las iniciales, por miedo de ofender de                                 seguiré todo el
             nuevo al animal.)                                                                          proces, por-
                 -iEs una larga y triste historia! -repuso la rata, vol­                            que mucho
                                                                                                        me divierte
             viéndose a Alicia y suspirando-. Se trata de la historia de                                  condenar
             una cola que se arrastra por la vida.                                                          ratitasa
                 -La tiene usted muy larga, ciertamente -contestó la                                          muer­
                                                                                                                te."

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