Page 38 - El vampiro vegetariano
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Sin decir palabra, el señor Oliva miró al niño                     —Bueno, no es para tanto. Una picadura en la

                 con  la  cara  desencajada  por  el  terror  y  volvió  t          muñeca no significa nada  -dijo Lucía-.  Además,
                 meterse corriendo en su casa.                                      los vampiros muerden en el cuello.

                    Tomás  por  su  parte,  estaba  tan  asustado                      —¿No te acuerdas de Tom Cruise en Entrevista
                 que  no  podía    reaccionar.  Como  un  autómata,                 con el vampiro? A veces chupan de la muñeca. Y te
                 fue  a comprar «I periódico y volvió a casa,                       digo que el señor Oliva estaba más pálido que el

                    —Ahora sí que estás un poco pálido, cariño -le                  propio señor Lucarda, y cuando le he dicho lo de
                 dijo su madre-, ¿Te encuentras bien?                               que debería dormir con la ventana cerrada, se ha

                    —De  momento,  sí  -fue  la  enigmática  res-                   puesto como loco.
                 puesta.                                                               -¿Y qué?
                    Una vez en su habitación, arrancó una hoja de                      —¿Cómo que y qué? La gente que es atacada

                 m cuaderno escolar y escribió unas líneas. Luego                   por  un  vampiro  en  la  cama  se  cree  que  es  un
                 la  dobló  cuidadosamente,  se  la  metió  en  el                  sueño, y a la mañana siguiente se olvida. Pero al
                 bolsillo, salió al balcón y llamó a Lucía. La niña *e              decirle yo lo de la ventana se ha vuelto a acordar,

                 asomó enseguida, muy sonriente.                                    y por eso le ha entrado el canguelo.
                    —Hola  -lo  saludó-,  ¿Has  visto  qué  buen día                   —Bueno,  aunque  fuera  verdad,  deberías  ale-
                 hace? Por fin ha salido el sol.                                    grarte -bromeó Lucía-, siempre has detestado al

                    —Baja   a  la  portería  -dijo  él  muy  serio,  sin  ni        señor Oliva.
                 siquiera  devolver   el  saludo-.  Es  una  cuestión  de              —Pues si ya es un palo aguantarle tal como es

                 vida o muerte.                                                     ahora,  imagínate  si  encima  se  convierte  en
                    Cuando     ella  bajó,  cinco   minutos    después,             vampiro -replicó Tomás.
                 Tomás    ya  estaba   esperándola    junto   a  le»  bu-              —¿Y  ese  papel?  -preguntó  la  niña  señalando

                 zones.  Atropelladamente       y  en  voz   muy    baja,           la hoja doblada que él tenía en la mano.
                 como si alguien pudiera oírles, el niño le contó •u                           —Es una carta para Camila. Hay que ad

                 encuentro oon el casero.
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