Page 40 - El vampiro vegetariano
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vertirla del peligro. ¿Me la miras por si hay faltas                     necesitará tomar aire -replicó él-. Y no se va
           de ortografía?                                                           a reir. Es  más  lista  que  tú,  y  seguro  que  ya

                 —Trae -dijo ella cogiendo el papel-. Aunque,                       se  ha dado cuenta de que el señor Lucarda
             más   que  las  faltas  de  ortografía,  me  preocupan                 es peligroso.
             los disparates que puedas haber escrito...                          Dicho esto, Tomás volvió a doblar la nota y  la

                 Lucía desdobló la hoja y leyó:                               metió en el buzón de Camila con el gesto solemne

                                                                              de quien está haciendo algo de vital importancia.
                     Querida Camila:
                                                                                         —Aprovecharé  para  ver  si  hay  algo
                     Aunque te cueste creerlo, tu vida corre peligro. Debes
                                                                                      en mi buzón -dijo Lucía. Lo abrió y, viendo
                 dormir con las ventanas cerradas y con una ristra de ajos

                                                                                      que no había nada, volvió  a cerrarlo,
                 alrededor del cuello, pero si no tienes ajos cuélgate una            a la  vez sobresaltaba un apagado grito
                 cruz lo más grande que puedas.
                                                                                      de Tomás.
                                Firmado: Alguien Que Te Quiere                         —Aaaaah...  ¡Mira!  -exclamó  el  niño

              —¿Está bien? -preguntó Tomás ansiosamente.                              señalando algo con mano temblorosa.

              —Vas mejorando, no hay faltas de ortografía -lo                   —¿Qué pasa? -preguntó Lucía, alarmada. Miró
              felicitó ella-. Se podría añadir alguna coma para              hacia  donde  señalaba  el  dedo  del  niño  y vio el

              que la pobre Camila no se ahogue al leerla; pero               buzón del señor Lucarda, sobre el que había una

              como  de  todas  formas  se  va  a  ahogar con el              etiqueta  negra  con grandes  letras  mayúsculas
              ataque de risa que le va a dar, no importa.                    doradas      en    la   que     ponía,     simplemente,
              —No la va a leer en voz alta, así que no
                                                                             LUCARDA.
                                                                                        —¡Mira!  -volvió  a decir  Tomás  con

                                                                                     la voz entrecortada por el terror.
                                                                                        —¿Tanto miedo le tienes que te pones a

                                                                                     temblar con  solo ver  su  nombre  escrito?  -
                                                                                     preguntó con tono burlón la niña.


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