Page 21 - Papelucho - 3° - Julio
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aburren porque todo lo encuentran caro, y van a la ruleta y cada vez les
va peor. Y papá y mamá pelean por la ruleta y el pobre papá está
desesperado con los gastos, así es que vamos a economizar. Además,
como se va la Domitila, no hay quién haga nada y hay que volverse.
También esta casa es fea y ajena y me revientan las casas ajenas.
Es una lástima que sea pecado ser ladrón, porque es la única
manera de ganar plata y, además, de no aburrirse. Me cargan los
ingenieros, los abogados, los tapiceros y los profesores.
Ya están listas otra vez las maletas y mi mamá bien confundida y a
cada rato llegan cuentas y más cuentas. El pobre papá debe tener ganas
de llorar porque no sé cómo va a pagar tanta cosa. La vida sería regia si
uno pudiera borrar algunas cosas y algunos días. Yo creo que mamá y
papá borrarían este mes y serían felices.
¡Qué lindo es viajar! Qué importa hacer maletas con tal de viajar y
pasar por campos y estaciones y gente que uno no vuelve a ver. .
Mañana me voy a levantar muy temprano para ayudar a arreglar la
casa y voy a ser tan económico que mi mamá tendrá que
agradecérmelo.
Febrero 13
Por fin estamos en el campo. ¡Qué felicidad poder andar sucio y sin
zapatos! Además, ¡qué económico! Aquí no venden barquillos y en un
mes vamos a ahorrar en barquillos lo menos cien pesos. También la
fruta no se paga y la comida tampoco porque estamos alojados en casa
de la tía Rosarito. La mamá y el papá tuvieron que irse a unas
diligencias y nos dejaron a cargo de la tía Rosarito. Nos encanta estar a
cargo de ella aunque no contesta ni mira, porque se lo pasa sentada en
una silla mascando algo que no se traga y pensando en algo que no
dice. A ella no le importa que se rompan las ropas ni que lleguemos
tarde a tomar té. Me gustaría que la mamá se demorara mucho en sus
diligencias porque así descansa de nosotros y también porque Javier y
yo tenemos mucho que hacer antes de que ella vuelva.
Con Javier salimos a caballo todo el día. Ahora, él es bien amigo
mío y los dos somos amigos del Chirigüe. Hay un caballo ciego que me
da mucha pena y le doy de comer con la mano.
Hicimos un picnic con Javier y nos comimos seis huevos cada uno y
una sandía cada uno. Después nos dimos un baño de barro y otro de
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