Page 26 - Papelucho - 3° - Julio
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ella los amenazaba con el palo y, cuando se iban, ella recogía el pan y lo
echaba en su saco.
A mí me dio tanta rabia que le dije: —¿Por qué le roba el pan a los
perros? ¿Con qué derecho?
—Con el derecho del hambre —me contestó, y tenía una cara de
furia.
Entonces yo subí en el ascensor y le traje todo el pan y el queso
que encontré y también un vuelto que había en la cocina. Yo sé que
tengo buen corazón, pero no me gusta pensar en que soy bueno,
porque me da por ser mejor y se me quitan las ganas de hacer lo que
tengo gana y me da por regalar mis cosas, etc.
La mamá echó de menos el vuelto y le echó la culpa a la Domitila y
se armó la pelea. Yo les dije que era yo el que lo había tomado, pero
ellas ni me oyeron porque estaban furiosas. Ahora quiere irse la Domitila
y resulta que es la única que me quiere y me da cosas y me consuela
cuando estoy triste.
Marzo 15
Ya estoy de interno. Nos trajo el papá esta mañana y había un
enredo de gente y tanto eco de voces que uno se mareaba.
En este colegio no hay nadie conocido y uno se siente pésimo. El
Padre Carlos dice a todo que "sí" mientras le hablan y está pensando en
otra cosa.
Los chiquillos se creen muy sabios porque uno es nuevo y se
secretean y se ríen, pero Javier le pegó a dos y ahora no se ríen tanto.
La comida es rica y el dormitorio bien grande. Yo no sé qué voy a
hacer para encontrar mi cama. A ratos pienso que era más feliz antes,
pero, cuando pienso en que de todas maneras voy a crecer, y ser
grande, y salir del colegio, me consuelo.
Tengo un amigo que se llama Roberto Ugarte y tiene dos dientes
quebrados en un choque de autos. El también es nuevo y tiene un papá
terriblemente millonario y lo pasa estupendo en su casa y le dan
cincuenta pesos todos los días. Su casa tiene cuatro teléfonos y cuatro
máquinas de escribir y tres autos. Javier también se hizo amigo de él
porque anda todo el tiempo conmigo ahora.
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