Page 17 - Papelucho - 3° - Julio
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—Yo diría que tiene algún pescado podrido... —alegó.
—Siempre en la costa hay olor a pescado y a mar —le dije y se fue
por fin.
Pero, en la tarde, Javier comenzó con las mismas:
—Yo sé que tienes alguna cosa podrida aquí en el cuarto y, si la
descubro, te la voy a botar.
Por suerte, en ese momento, lo llamó el chiquillo de enfrente y se
fue con él. Entonces aproveché para sacar mi criadero del cuarto y
llevarlo a una parte donde no hay intrusos. Lo guardé en el armario de
la ropa, porque ahí no vive nadie y nadie puede oler
Pero hay una jaibita que tiene como un tumorcito y voy a tener que
operarla para que no se muera.
Enero 26
Resulta que
mi jaibita
Manuela ya
estaba muerta
cuando la operé.
Porque no se
movía y tenía
verdadero olor de
muerte. Se
habría muerto del
tumor, la
pobrecita.
Pero lo peor fue en la tarde, cuando mi mamá abrió el armario y dio
un grito: "¡Jesús! Esto apesta a pescado podrido", y cerró la puerta de
golpe. Llamó a la Domitila y le hizo sacar todo de adentro y claro que
debajo de las chombas encontraron cada uno de mis tarros del criadero.
Mi mamá estaba furiosa y decía que esas chombas no se podrían
volver a usar y me buscaba y me buscaba por toda la casa.
Pero yo estaba jugando al invisible y no me podía encontrar y
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