Page 25 - Papelucho - 3° - Julio
P. 25
ayudarlo. Nos tuvimos que quedar aquí, pero, por suerte, la tía Rosarito
está con catarro en cama y entonces es menos aburrido. Salimos a
caballo con Zúñiga y comimos dos sandías y después choclos en casa de
él. Y también trillamos un poco y el tractor lo manejamos los dos con
Javier. Pero lo malo fue que Javier se cayó del caballo y creíamos que
estaba muerto. Pero no era más que aturdido, que es como durmiendo,
y después tenía unos chichones y nada más.
Marzo 1
Ya estamos instalados en la casa nueva que se llama
"departamento". Aquí uno topa a cada rato y es terriblemente limpio. No
se puede tocar nada y uno no puede andar más que con las manos en
los bolsillos para no tocar.
Por suerte que volvió Domitila y nos trajo huevos del campo.
Nos compraron ropa nueva y fuimos a matricularnos a un colegio
de internos. Tal vez sea mejor que vivir en un departamento. Aunque la
cuestión del ascensor es bastante encachada.
Parece que se mató un caballero por amor en el piso de arriba. Yo
no me mataría ni siquiera por un auto de 18 cilindros. Yo sé que
matarse es el pecado más grande que se puede cometer porque es el
último pecado que se comete. Ayer fuimos al cine y era todo de amor.
La radio también habla de amor y de besos y los cantos son igual. Antes
no era así, pero ahora todo se vuelve puro amor.
Vinieron los jueces y la policía a ver al caballero que se mató por
amor, pero en el diario sale que se murió de función. En el diario lo
alababan mucho. Siempre alaban a los muertos y a los vivos no.
Después se llevaron al muerto y resulta que el cajón no cabía en el
ascensor y lo bajaron parado.
Resulta que Javier está enfermo con fiebre y hay que andar en
puntillas para que el perla no despierte. Yo sé que no se piensa morir,
pero él se hace el moribundo de abusador que es.
De todas maneras, me hice amigo de Armando, un cabro del 5° que
tiene tren eléctrico y pasé todo el día con él.
Marzo 3
Hasta mañana, cuando bajé a repartirle pan a los perros, había una
mujer con cara de bruja y que los corría con un palo. Era negra y sucia y
sus brazos parecían cordeles podridos. Cuando los perros se acercaban,
25