Page 35 - ¡Ay, cuánto me quiero!
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— ¿Te  defendió  de  los   — ¿Y  ahora  quién  te  pro­

 monstruos de la noche mi amigo   tegerá  de  los  monstruos  de  la

 imaginario? — le pregunté.  noche? — pregunté asombrado.

 — El amigo  imaginario  que   — Yo misma. Ayer tú me di­

 me regalaste  se  fue  de viaje jun­  jiste que yo  era valiente.  Por eso

 to con el mío.  me atreví a pasar la noche sola, es

 — ¡Qué!  — grité  yo— .  ¿Se   decir, sin mi amigo imaginario.

 fueron los dos?  — Si  quieres  te  puedo  in­
 — Sí — me dijo  esa niña— ,   ventar  un  regimiento  completo


 se  hicieron  amigos  y  decidieron   de  amigos  imaginarios.  Todos
 irse en un avión.  los que necesites.

 Yo  me tuve que afirmar del   — Gracias  — me  contes­

 tronco de mi árbol para no caer­  tó—•, pero en verdad ya no nece­

 me.  Pensé un poco y le dije:  sito  amigos  imaginarios  que  me

 — Tengo  una  idea.  Yo  te   cuiden.  Tú  me  enseñaste  que  si

 puedo inventar otros dos amigos   me  lo  propongo,  practico  y  me

 imaginarios.  esfuerzo,  puedo  lograr  muchas

 — Ya no los necesito — dijo   cosas.  Y  me  propuse  no  tenerle

 tranquila.  miedo  a  los  monstruos  de  la


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