Page 39 - ¡Ay, cuánto me quiero!
P. 39

— ¡Por supuesto que no eres   puedes ser mi amigo si quieres y


 imaginario! ¡Eres real! ¡Mi amigo   yo puedo ser tu amiga.
 real!         — ¿Y tú quieres ser mi ami­


 Esa  niña  es  igual  de  inteli­  ga? — le pregunté  nervioso.
 gente  que  su  mamá,  porque   — ¡Sí, por favor! ¡Me encan­

 supo  que  yo  soy  de  la  realeza,   taría! — me dijo muy contenta.

 que soy un rey.  Yo  también  estaba  conten­

 De  nuevo  pensé  otro  rato   to.  Estaba  feliz  y  contento  por­

 más y le dije:  que  esa  niña  prefería  estar

 — Hay  un  problema,  por­  conmigo que con su amigo ima­

 que yo ya soy amigo mío.  ginario,  con el mío que le regalé

 — Eso  está  bien  — me  dijo   y con los monstruos.

 esa  niña— .  Puedes  ser  amigo   — Yo  quiero  ser  tu  amigo.

 tuyo  y  tam bién  ser  am igo   ¿Puedo?

 mío.          — Sí, puedes — me contestó.

 — ¿En  verdad?  — le  pre­

 gunté,  porque  no  se  me  había

 ocurrido esa posibilidad.

 — ¡Claro!  — dijo— .  Tú


 42                            43
   34   35   36   37   38   39   40   41   42   43   44