Page 24 - ¡Ay, cuánto me quiero!
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— ¿Estás jugando con tu — Bueno, entonces... gra
amigo imaginario? — yo le pre cias — me dijo esa niña.
gunté. — Escúchame, niña. Si te lo
— Estaba, pero me cayó tu propones, practicas y te esfuer
pelota de fútbol en la cabeza. zas, puedes llegar a ser una estu
— Eso es bueno — le dije— , penda delantera — le expliqué y
así te ayudo a practicar los cabe pensé, «aunque nunca tan fabu
zazos. losa como yo».
— Pero no vi cuando la —Está bien. Si tú lo dices.
pelota venía — dijo, con una — Exactamente. Yo lo digo.
mano en la frente. Entendiste perfecto.
/
—-¡Mejor! Un buen jugador Esa niña podría aprender
está siempre preparado. mucho de mí. Sería bueno pa
— Pero me dolió un poco. ra ella imitarme. Lo pasaría
— ¡M ejor aún! Un de tanto mejor. De todas formas,
portista de verdad aguanta el mejor que jugando sola. O
dolor. quizás estaba con su amigo
— ¿En serio? imaginario como ella decía,
— ¡Por supuesto! pero en todo caso no se veía
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