Page 20 - ¡Ay, cuánto me quiero!
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esa niña, por eso se me ocurrió la Después del postre llevé a
siguiente receta: mi amigo imaginario recién in
i^acji^ano t+\o. ventado a jugar conmigo a mi
Cor^o eí\ /^icle doí f^etroí pieza. Me senté en el suelo y es
ole alto, eí corado co* eL pelo
peré a que hiciera algo divertido,
alarido, tie*e bigote, e; Aaco
pero no pasó nada. Quizás él
y se puede e* rol la/ para
quería entretenerse con mis ju
fardarlo.
guetes, pero lamentablemente yo
Edad-. tie*e de* a*o;, pero
justo los estaba ocupando todos.
(e ve jove*, pero r^ayor <^e el
arvejo ¡/■'«alario de eía *i*a. Qué mala suerte. Además, aun
que no los estuviera usando en
ese momento, no se los podría
prestar porque me los regalaron a
mí y entonces son míos. No quie
ro ser un niño malagradecido.
Cuando me aburrí de jugar
dentro de mi casa, saqué a mi
amigo imaginario al jardín. Lo
puse al arco y le tiré un penal. Yo
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