Page 95 - Autobiografia de mi Madre v.2
P. 95
llegaron a la conclusión de que su muerte había s.ido beHeza, pero no te hada desear cocarle 1 no porque te
inevitable desde el principio. causara repugnancia, sino porque te hada temer que el
Murió. Se llamaba Alfred; le habían puesro el mis mero hecho de tocade le pudiera causar algún daño,
mo nombre que a su padre. Su padre, mi padre, se como si fucrn un-a vida vegetal salida de una f á bula. !v1i
llamaba Alfred por Alfredo el Grande, el rey inglés, un padre le quería: era bueno; heredaría mucho; el sucio
personaje al que mí padre habría despreciado, pues trabajo de acumular resultaría desconocido para él
ll ó a conocer a a quel Alfredo no mediante el lengua Cómo conservaría su herencia es un pensamiento que
eg
j e d e l poeta, que habría sido el lenguaje d e la sóio podría ocurrirsele y causar enfado a alguien como
compasión, sino mediante el lenguaje del conquista yo, la desencantada ) j', antes de eso, la des.heredada. Su
dor. Mi padre no era el responsable de su propio padre le quería; se llamaban igual: Alfred. Ese chico
nombre, pero sí era responsable del nombre que lle mudó . .Antes de morir } su cuerpo expelió un río de
vaba su hijo. Su hijo se llamaba Alfred. Quizá mi padre sangre. Cuando acababa de morir, un gran gusano
imaginara una dinastía. Era risible sólo para alguien que marrón surgió reptando de su pierna izquierda; se q uedó
al
estuviera excluida de su esencia 1 guien como yo, al� allí, sobre el tobillo, como esperando ser encontrado
guíen del sexo femenino; cualquier otra persona le por un vagabundo una mañana. Prom:o se secó, y en
hubiera comprendido perfectamente. Se había imagi tonces adquirió un aspecto que hacia pensar que todo
indicio de vida había abandonado su repugnante cuer
nado a sí mismo permaneciendo en esta vida a través po hacía m i les de años. Entonces se hic i e r on
de la existencia de otra persona. Mi padre nunca había inseparables, mi hermano y el gusano que surgió de su
sufrido la indignidad de encontrarse accidentalmente
con su propia imagen reflejada en alguna superficie cuerpo cuando acababa de modr. Mí padre no dejó
de vivir enronces 1 ni perdió sus deseos de continuar
brillante y que Je pareciera tan convincente como para
llegar a ercer que su pmpía imagen era también su alma ... viviendo, únicamente llegó a la conclusión de que rodo
Estaba convencido de que su hijo se parecía a él, y su sufrimiento tenía un propósito secreto, y empezó a
quizá fuera cierto, aunque a mí jamás se 1ne hubiera anhelar que éste se le revelara.
ocurrido pensarlo; estaba convencido de que su hijo I:Vfi hermano murió y Jos mares estaban tranquilos,
ern idéntico a él, y quizá lo f u era realmente, pero aquel aunque no en su forma habitual; no soplaba el viento,
hijo suyo no vivió lo suficiente como para. que yo pu las hojas de los árboles estaban inmóviles, la tierra no
diera llegar a esa conclusión. temblaba, los ríos no bajaban crecidos, el cielo rcnia
l\ ií hermano murió. En la muerte se convird() en ese azul eternamente engañoso ... inocente, como si no
mi hermano. Ivficnttas estuvo vivo no le conocí en ab fuera a cambiar hunca; todo era como siempre, como
soluto. T e nía el pelo negro como el de su madre. Sus hubiera sido en cualquier caso i sin lmportar lo que pa
sara, pero el mundo entero había cambiado para mi
ojos ernn castaños, también como los de su madre. padre ) y ahora creo que se &inti<S de nuevo pequeño,
Era bondadoso y apacible, pero las suyas eran la bon
dad y la docilidad de los débiles, no procedían de la insignificante, desamparado ante la esencia de la vida,
que seguía su curso indiferente a los deseos de él. Un
generosidad, no procedían del instinto. Poseía una grnn
94 95