Page 93 - Autobiografia de mi Madre v.2
P. 93

que ser�s despojada de todos tus secretos, de m cap-a­  del pueblo que le había subyugado. ÍJ no estaba muer­
 cidad  de decidir lo  que  suceáerá. No  existe  ningún   to; no estaba vivo. (�uc no estuviera ni vivo nl muerto
 espacio que pueda oscurecerse fo bastante como para   no  era  culpa  suya:  ser  traído  al  inundo  no es nunca
 protegerte de una atrocidad tan desbordante, tan vo­  • r·   responsabilidad de  nadie, nunca sucede  por decisión
 luptuosa: la vida  misma.  El momento del día en que   propia. Él en parncular era la encarnación de una ídeá
 nadó su hijo no tenfa la menor importancia. Cualquier   guc babfa tenido otra persona. Él era en realidad una
 born del día es la adecuada para que nazca un bijo. En   idea que había tentdo su madre para que su padre olvi­
 el momento en que nació su hijo mi padre ya no esta­  dara a la mujcrc¡ue había amado antes. Hacer que al ien
                                             gu
 ba  enamorado  de  ]a  vida;  no  estaba  enamorado  de   olvide a otra persona es imposible. Uno puede olvidar
 nada. Lo único que quería era acumular más cantidad   un acontecimiento� uno puede olvidar un asunto pen­
 de  todo, y de todas  las cosas  que quería }  no quería   diente, pero nadie puede olvidar a otra persona.
 llevar ninguna encima. No quería que la gente se fijara   Y así el hijo de mi padre yace, con el cuerpo  cu­
 en  la cbac¡ueta que llevaba puesta y supiera que tenía   bierto de pequeñas llagas, su ser entero no muerto, pero
 muchas más en el lugar del que procedía aquélla; que­  tampoco  vivo.  Dijeron que  tenia  bubas;  dijeron que
 ría cosas que pudiera dejar a sus pies, quería cosas de   esraba poseído por un espíritu maligno que Cf'A el cau­
 las que pudiera prescindir, c¡uerfa cosas sin verdadera   sante de que le brotaran úlceras en el cuerpo. Su padre
 utilidad. Quizá  fuera así porc¡ue a lo largo de su vida   creía que un determinado remedio le curarfa 1  su ma­
 había ya agotado la posibilidad de experimentar la uri­  dre creía en otro; crnn sus creencias las que estaban
 lidad, la experiencia de la necesidad, la idea de deseo.   enfrentadas, no los remedios en sí mismos, fvii padfe
 Era un animal  neutro. Capaz de absorber amor; capaz   rezó para que se pusiera blen, pero sus oraciones ac­
 de absorber odio. Podía seguir adelante. Sus pasiones   tuaron  como un  :acicate  para la  enfermedad: las
 sólo le concernían a él: no obedecían a ninguna ley ra­  lesiones pequeñas se hicieron más grandes, la carne
 cional;  no  obedecían  a  ninguna ley  arrebatada  por   que cubría la espinilla de su pierna izquierda empezó
 creencia alguna� y sin embargo podía ser descrito como   a desvanecerse  lentamente como  devorada por un
                           }
 un hombre sensato, un hombre de creendas apasiona­  ser invisible, hasta de¡ar al descubierto el hueso, y lue­
 das.  Yo  era  como  él.  No  me  parecía  a  mi madre   gn,  también  éste empezó :a desvanecerse.  Su madre
 fallecida. Era como él. Él estaba vivo.   hizo  llamar a  un  hombre  que  conocía  los  ritos  del
 En el interior de aquella casa amarilla con venta­  ob,ab, y a una mujer que conocía los ritos del obeah,
 nas marrones, el hijo de mi padre yacía en un !ecbo de   ambos nativos de Dominica, y más adelante hizo lla•
 trapos Umpios co]ocado en el suelo, Eran trapos muy   mát a otra mujér, una nativa de Guadalupe; se decía
 especiales; habían sido perfumados con aceites extraí­  que alguien que atravesara las aguas del mar con una
                <:
 dos de vegetales y de animales. Se trataba de protegerle   cura tenía rnay 1'es posibilidades de  éxito.  La enfer­
 de los malos espíritus. Estaba en el suelo para c¡ue los   medad continuó, indiferem:e a todo príncipio; ninguna
 espíritus no pudieran acometerle desde abajo. Su ma­  ciencia, ningún dios de ninguna cl:tse podfa alterar su
 dre creía en el obeah.  Su padre abrazaba las creencias   curso� y cuando ya había muerto, su madre y su padre


 92                       93
   88   89   90   91   92   93   94   95   96   97   98