Page 169 - Autobiografia de mi Madre v.2
P. 169
te queda más que creer en dlas, pues no existe ninbr1.ma
fa verdad en absoluto; Jo que me entrjstece es saber
que tuvo que existir una vida como Ia suva. Todo5 ]os otra explicación. Eres una niña y te encuentras con un
mundo grande y redondo en cl que debes encontrar tu
dfas de su vida debe de haberse plantead; si merecía la
lugar, Cómo conseguido es otro misterio, nadie te lo
pena seguir viva o valía más morir. En cuanto a él ,
tomarse la molestia de cortejar a esa mujer no debe de puede explicar exactamente, Te conviertes en mujer,
en una persona adulta. Contra toda evidencia, en con
habén�clé pm;acJo siquiera por la imaginación. Se casa
ron en una iglesia de Roscau, y al cabo de un año ella tra de toda sensatez, crees en la constancia de las cosas,
estaba ya enterrada en su cementerio .. La gente dice tienes fe en su cotidianidad, Un dia abres la puerta de
tu casa, sales al pario, pero el suelo ya no está allí, y caes
que él sufrió esa pérdida, la pérdida de la única muíer
con la que se había casado; la gente dice que se sinció p or un a g ujero sin fondo gue no tiene paredes ni color.
destrozado de dolor; fa gente dice que después de eso El misterio del agujero en el suelo deja paso eJ misterio
no volvió a disfrutar de la vida; la gente dice que Je de tu caída; justo cuando te has acostumbrado a la idea
de caer y caer eternamente, te detienes; y el hecho de que
invadió una gran tristeza} y que eso le Hevó a sentir una te detengas constituye otro misterio, uno más J puesto
profunda devoción por Dios y a convertirse en diáco que no sabes por qué te has de,enido, para explicarlo no
no de su iglesia, Eso dice la gente, la gente dice esas hay respuest-a 1 como no hay respuesta para eAl)licar por
cosas, pero esa misma gente no puede decit gue a cau
sa de su propio sufrimiento se identificara con el qué empezaste a caer en primer lugar. Quién eres cons
sufrimiento de los demás o sintiera compasión por tituye un misterio para el que nadie tiene Ja respuesta, ni
ellos; la gente no puede decir que su pérdida le convir siquiera tú. ¡Y por qué no, por qué no!
tiera en una persona generosa > de buen corazón, que
no estuviera sjem p re dispuesto a aprovecharse de los
demás� que se hicícra cada vez más bondadoso ) que su
bondad lk:gata a eclipsar por completo sus errores y
defectos; la gente no puede decir nada de eso porque
no scrfa cierto.
Y esa mujer cuyo rostro no he visto jamás 1 nl si
quiera en sueños ... ¿qué pensaba ella, qué pensamientos
le pasaron por la cabeza cuando vio por vez primera a
ac¡uel hombre? Es posible que él le pareciera otra fuer
za irresistible, la última de su vida; es posible que le
amnra apasionadamente.
Entristece pensar que, a menos que seas una espe
cie de dios, la vida constituye un misterio desde su
mismo principJo. Te conciben; naces: esas cosas son
ciertas, c<Ímo podrían no serlo, pero tú no lo sabes; no
169
168